La muerte súbita en bebés: ¿Cómo actuar? ¿Se puede evitar?

En España se estima que la muerte súbita afecta a 1 de cada 1.000 bebés, pero se desconocen las causas que la provocan

En España, entre 15 y 20 mil personas fallecen cada año de muerte súbita, aunque no hay estudios rigurosos que indiquen el número exacto de casos, según explican fuentes de la Fundación Española del Corazón. 

La muerte súbita es una "muerte inesperada, rápida y que se produce casi de forma instantánea en alguien que, aparentemente estaba bien, que no tenía ninguna causa para morirse y que no ha sufrido ningún accidente o traumatismo". 

¿Quién puede sufrir una muerte súbita?

El tipo y las causas de la muerte súbita son distintas en función del grupo de edad y, aunque puede tener algún componente genético, lo cierto es que depende del tipo de paciente:  

  • Entre los 0 y 6 meses de vida: Se trata de la muerte súbita del lactante y no está directamente relacionada con un origen congénito, lo que la hace uno de los tipos de fallecimiento más sorprendentes para los especialistas.
  • Menores de 35 años, aparentemente sin problemas: Se trata de una muerte súbita que sí parte de algunas enfermedades de origen congénito, en las que el componente genético suele ser cardinal. Se habla de enfermedades cardiacas previas no diagnosticadas o poco controladas, que pueden afectar bien al músculo del corazón, bien a la actividad eléctrica del mismo.  
  • Mayores de 35 años: Es el grupo al que más suele afectar este tipo de fallecimiento. Generalmente, no hay un origen congénito, sino que suele derivar de la "arteriosclerosis". Es decir, que alguna de las arterias del corazón se ha contraído, produciendo el fallecimiento de la persona: es lo que se conoce como "infarto agudo de miocardio" y puede ser controlado y prevenido en la mayoría de ocasiones.

Muerte súbita en bebés

La muerte súbita en los niños es muy rara y una de las más desconocidas. Suele ocurrir en los recién nacidos de hasta 6 meses de edad y la causa de este fallecimiento en niños tan pequeños es aún desconocida.

Los casos están disminuyendo progresivamente en los últimos años: en España, se estima que esta situación afecta 1 de cada 1,000 bebés en España según datos de la Asociación Española de Pediatría.

Existen algunas medidas que pueden tomar los padres y ayudar a evitar este tipo de fallecimiento en los bebés, pero ninguna de las actuaciones es un valor seguro puesto que, aún cumpliendo todos estos supuestos, ningún profesional puede asegurar que la muerte súbita no se vaya a producir: 

  1. Que el niño duerma boca arriba.
  2. Que la madre no sea fumadora o no continúe fumando durante la lactancia.
  3. Que se eviten las maniobras realizadas antiguamente, para mantener el calor en las habitaciones de los bebés, como pueden ser: abrigar al niño en exceso hasta casi inmovilizarlo, someter al recién nacido a temperaturas excesivamente altas en habitaciones con poca ventilación, etc.

La muerte súbita no es algo que se pueda "evitar". En la actualidad existen muchos dispositivos de vigilancia que pueden detectar la frecuencia cardíaca del niño o incluso la cantidad de oxígeno en sangre para avisarnos de la situación en la que se encuentra el bebé en los momentos previos a la parada. 

Lo importante es tener en cuenta que se trata de casos aislados, que no suelen ocurrir con frecuencia y que son muy difíciles de gestionar.

¿Cuáles son las causas de la muerte súbita?

La muerte súbita se debe habitualmente a una arritmia cardiaca maligna: la fibrilación ventricular. Es decir, un trastorno del ritmo cardiaco que se produce cuando el corazón late con impulsos rápidos y erráticos, que provocan que las cavidades de bombeo -los ventrículos- se agiten con pulsaciones ineficaces, en lugar de bombear sangre.

Cuando el corazón deja de bombear la sangre, la presión arterial cae a cero y se anula el riego sanguíneo del cerebro y del resto del cuerpo. Al detenerse la circulación, el oxígeno y los nutrientes dejan de llegar a los órganos, que empiezan a sufrir muy rápido.

El órgano más vulnerable es el cerebro, ya que unos pocos minutos en parada cardiaca pueden causar lesiones graves en el músculo. De hecho, en los pacientes que consiguen ser reanimados, suelen aparecer secuelas de este tipo.

¿Qué síntomas tiene la muerte súbita?

Las víctimas de muerte súbita presentan  una pérdida completa del conocimiento y no responden a ningún tipo de estímulo.

Los ojos pueden estar abiertos o cerrados. 

El afectado deja de respirar en seguida y el color de la piel pierde el tono rosado habitual y se vuelve azul violáceo.

La muerte súbita es muy difícil de controlar: si el paciente no recibe atención médica en pocos minutos, es muy probable que fallezca.

 

¿Qué puedo hacer si presencio una muerte súbita?

La situación de una persona en parada cardíaca es tan desesperada que cualquier ayuda puede marcar la diferencia entre el fallecimiento y la recuperación. 

Lo primero y más importante es solicitar atención médica, llamando al teléfono de emergencias 112. A la hora de dar el aviso, es muy importante explicar que la persona afectada está sufriendo una parada cardíaca: de este modo, el personal de emergencias enviará el equipo con el dispositivo técnico adecuado: el desfibrilador es el instrumento más utilizado en este tipo de situaciones.

Mientras se espera la llegada del servicio de emergencias, se puede comprobar el estado del paciente: moviendo suavemente a la víctima por el hombro, valorando si  produce algún tipo de respuesta y comprobando si respira o no.

En caso de fallar la respiración, se deben realizar técnicas de reanimación cardiopulmonar: la respiración boca a boca resulta innecesaria e ineficaz, ya que lo realmente importante es realizar un masaje cardiaco correcto y mantenerlo hasta que el paciente recupere el conocimiento o hasta que lleguen los servicios de asistencia sanitaria.

 

 

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