La nutrición en el control del asma

Se ha demostrado que ciertos alimentos podrían proteger contra el desarrollo del asma y mejorar sus síntomas.

El asma es un trastorno crónico común que dificulta la respiración. Ocurre cuando las vías respiratorias se inflaman y estrechan, provocando períodos de obstrucción del flujo de aire y síntomas como ruidos respiratorios, tos, opresión en el pecho y dificultad para respirar, entre otros. 

Los datos actuales sobre su prevalencia elevada y que no ha dejado de aumentar en las últimas décadas, mantiene la preocupación del ámbito científico que sugiere que las dietas que enfatizan el consumo de alimentos de origen vegetal podrían proteger contra el desarrollo del asma y mejorar sus síntomas.

Un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad George Washington, ha realizado una revisión de la literatura actual para examinar las asociaciones entre los factores dietéticos y el riesgo y control del asma en niños y adultos.

Los datos arrojados sostienen que la evidencia más reciente respalda las recomendaciones de aumentar el consumo de frutas y verduras, mientras se reduce la ingesta de grasas saturadas y lácteos. Ensayos científicos han encontrado vínculos entre un alto consumo de frutas y verduras (1 fruta o taza de verdura al día, especialmente naranjas y manzanas) con un menor riesgo de desarrollar asma en niños y adultos. Además, indican que un consumo frecuente de estos alimentos permite manejar mucho mejor los síntomas, al haber una incidencia menor de sibilancias. Algunos ensayos muestran a su vez, un efecto protector aún mayor cuando el consumo  es de verduras y hortalizas en crudo (más de 3 veces por semana).  Sugieren que el efecto antiinflamatorio de los flavonoides en las verduras se pierde con el calentamiento, lo que explica la relación particular entre la ingesta de verduras crudas y el asma bien controlada.

Señalan igualmente, que las dietas mediterráneas y veganas que apoyan el consumo de frutas, verduras, granos y legumbres, al tiempo que reducen o descartan los productos de origen animal, podrían reducir el riesgo de desarrollo y exacerbación del asma. 

Por otra parte, los investigadores remarcan que probablemente ciertos componentes dietéticos como los antioxidantes, la fibra, los ácidos grasos poliinsaturados, las grasas totales y saturadas y el consumo de vitamina D, afecten las vías inmunitarias involucradas en la progresión del asma. 

Ref: Alwarith y Col. El papel de la nutrición en la prevención y el tratamiento del asma. Nutrition Rev. 2020 noviembre; 78(11): 928–938.

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