El buque con base en Vigo regresó ayer después de cartografiar por primera vez un volcán en erupción

El oceanográfico 'Margalef' cierra su misión en El Hierro

Poco después de su botadura y todavía en periodo de pruebas, el buque oceanográfico vigués 'Margalef' era enviado a la isla de El Hierro tras la alarma surgida por la erupción de un volcán. Ayer, tras cuatro meses de trabajo a escasos cincuenta metros del cráter, el barco, con el equipo científico y técnico, regresaba a su base en Vigo habiendo cumplido con éxito una misión sin precedentes que ha logrado, gracias a su información constante sobre la evolución del volcán, contribuir a mantener a salvo a la población y obtener resultados únicos sobre el vulcanismo submarino.
Con 46 metros de eslora y una inversión superior a los 18 millones de euros, el 'Margalef' es uno de los laboratorios flotantes más avanzados de España que fue construido en los astilleros Armon de la ciudad y diseñado para emitir niveles muy bajos de ruido radiado al agua, lo que permite que su navegación no afecte al comportamiento de los peces.

Su trabajo en El Hierro ha constado de 12 campañas a través de las cuales se ha conseguido cartografiar por primera vez un volcán en erupción y registrar el nacimiento del mismo, así como su evolución, recogiendo muestras e imágenes con un incontestable valor científico.


RECONOCIMIENTO

El jefe de flota y responsable del equipamiento científico del Instituto Español de Oceanografía, Ignacio Díez, explicó ayer que desde el 18 de ocubre hasta el pasado 24 de febrero se realizaron todo tipo de reconocimientos para descubrir la composición del volcán, la acidez de las aguas, etc...

Debido al exceso de turbidez del agua no se pudieron tomar imágenes precisas pero sí fue posible cartografiar gracias a las ecosondas, un sistema de sonido similar al que utilizan los murciélagos y los delfines que permite saber a qué distancia está un elemento y de qué está hecho.

Díez aseguró que la actividad sísmica ha tenido un importante impacto ambiental en el medio sin embargo, considera que 'volverá a regenerarse con el tiempo'.

Los datos obtenidos reflejaron que la altura del cono volcánico era de 120 metros y que el volumen emitido de material volcánico fue de entre 195 y 200 millones de metros cúbicos. El cono ha ido subiendo a la superficie, aunque todavía no lo suficiente como para consolidarse como una isla, tan y como se preveía. De momento, los científicos del buque aseguran que el proceso evolutivo ha disminuido, con menos emisiones, sin ruido de lava y que la alerta ha ido remitiendo.

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