El papa Benedicto XVI se despidió el miércoles de Cuba con mensajes en favor de las libertades fundamentales y la reconciliación entre cubanos, pidió 'desterrar posiciones inamovibles' y abogó por una sociedad 'renovada' y de 'amplios horizontes'. El pontífice regresó el miércoles a Roma tras una visita de tres días al único país comunista de América donde ofició dos misas multitudinarias, se reunió con el presidente Raúl Castro y vio también a su hermano Fidel, el líder de la revolución.
En la ceremonia de despedida en el aeropuerto de La Habana y ante Raúl Castro, Joseph Ratzinger pronunció el discurso de más contenido político de su visita en el que reclamó que en Cuba no se limiten las libertades fundamentales. 'Es posible cimentar una sociedad de amplios horizontes, renovada y reconciliada. Que nadie se vea impedido de sumarse a esta apasionante tarea por la limitación de sus libertades fundamentales', dijo el pontífice. La reconciliación entre cubanos es una de las ideas en las que más insistió el papa y lo quiso reafirmar antes de abandonar la isla: 'que Cuba sea la casa de todos y para todos los cubanos, donde convivan la justicia y la libertad', destacó. Llamó a 'desterrar posiciones inamovibles' y 'puntos de vista unilaterales'
Raúl Castro despidió a Benedicto XVI al que expresó 'profunda gratitud y aprecio' y destacó que la visita transcurrió en 'un ambiente de mutua comprensión'. 'Encontramos muchas coincidencias aunque no pensemos lo mismo sobre todas las cuestiones', apuntó.
Por su parte, el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, que acompañó al papa, resaltó ayer la importancia de que la Iglesia española esté cerca de las que tienen más necesidades, como la cubana. Sistach dijo que quiso hacer este viaje porque 'es importante estar al lado de una Iglesia que tiene más necesidades, que sufre'. El prelado catalán destacó el mensaje del papa en el que afirmó que 'es de reconocer que en Cuba se han ido dando pasos para que la Iglesia pueda llevar a cabo su misión de expresar públicamente y abiertamente su fe'.
Raúl Castro despidió a Benedicto XVI al que expresó 'profunda gratitud y aprecio' y destacó que la visita transcurrió en 'un ambiente de mutua comprensión'. 'Encontramos muchas coincidencias aunque no pensemos lo mismo sobre todas las cuestiones', apuntó.
Por su parte, el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, que acompañó al papa, resaltó ayer la importancia de que la Iglesia española esté cerca de las que tienen más necesidades, como la cubana. Sistach dijo que quiso hacer este viaje porque 'es importante estar al lado de una Iglesia que tiene más necesidades, que sufre'. El prelado catalán destacó el mensaje del papa en el que afirmó que 'es de reconocer que en Cuba se han ido dando pasos para que la Iglesia pueda llevar a cabo su misión de expresar públicamente y abiertamente su fe'.
