Benedicto XVI pisó ayer por segunda vez África, en esta ocasión Benin, donde exhortó a los africanos a no temer a la modernidad, pero les advirtió de que no caigan en la 'sumisión incondicional a las fuerzas del mercado o de las finanzas' ni al nacionalismo exacerbado que, dijo, puede llegar a ser funesto.
El papa dijo también que Dios 'no está ausente, ni es inútil como se trata de hacer creer' e imploró 'justicia, paz y reconciliación' para los pueblos africanos y que los niños no sufren hambres y guerras.Acogido por miles de benineses vestidos, sobre todo las mujeres, con los trajes típicos, que le cantaron y vitorearon, el papa llegó ayer a Cotonú, desafiando el fuerte calor y la humedad reinante.
Contento por estar de nuevo en África, tras el viaje que realizó en 2009 a Camerún y Angola, el papa Benedicto XVI expresó ante el presidente de Benin, Thomas Boni Yayi, el 'afecto' que siente por África, un continente al que se refiere como el 'inmenso pulmón espiritual del mundo'.
Contento por estar de nuevo en África, tras el viaje que realizó en 2009 a Camerún y Angola, el papa Benedicto XVI expresó ante el presidente de Benin, Thomas Boni Yayi, el 'afecto' que siente por África, un continente al que se refiere como el 'inmenso pulmón espiritual del mundo'.
