RECONQUISTA 2014

El pueblo vigués derrota una vez más a las tropas francesas

photo_camera Una multitud formada por milicia e integrantes de las alertas de la comarca barrieron a los franceses. (F. CARNOTTO)

Miles de personas acuden un año más a la cita con el desenlace de la Reconquista pese al mal tiempo. 

Y la historia se repitió una vez más para disfrute de los asistentes. Como pasó en 1809, ayer el pueblo vigués consiguió imponerse al ejército más poderoso del mundo, expulsando a las tropas de Napoleón, que embarcaron desde la explanada del Náutico, rumbo a Inglaterra.

Una hora antes, se respiraba un ambiente tenso en la Porta do Sol. Con el cielo encapotado y la lluvia que no acababa de despedirse, los miembros de la Asociación del Casco Vello comenzaron el primer acto de la escenificación. En el entorno de la plaza, el público se arremolinaba, sin las grandes aglomeraciones de otros años con mejor tiempo, pero sumando miles de espectadores. En el centro, un espacio vallado, con acceso solo permitido a los vestidos de época, que aumentan en cada edición. Entre los implicados, el alcalde Abel Caballero y parte del gobierno local. Sonaron las campanas y desde lo alto de un carro de heno, el ciego (Tino Baz) empezó a cantar acompañado por su zanfona: ¡Miñas donas, meus señores, esta é a loita dos vigueses e dos franceses”. Minutos después, desde el Paseo de Alfonso hicieron entrada más de cincuenta franceses, dirigidos por Chalot (Edi Domínguez que estrenaba en el papel). El alcalde Vázquez Varela (Quique Román) se encara con el comandante desde el balcón del antiguo Concello. Gritos de “¡Defensa, defensa!” se confundían con los de “¡Viva la France!”. Estallaron unos petardos y todo se llenó de humo.

A partir de ahí transcurrió el guión ya conocido: el altercado en el mercado con la arenga de Aurora (Adriana del Río) y su detención; la provocación a los franceses de Carmiña (María Lema) en la taberna de Xosefa de Rial con las muertes de los lugareños Xaquín da Silva, Salgado y Diego Antonio Salgado, con lo que el pueblo exige justicia. Con el último acto en la Porta do Sol llegó la lluvia. El marinero de O Berbés, Carolo (Felix de la Rosa Cazorla) llama a la sublevación. La acción se traslada entonces a la Porta de Gamboa. Dentro los franceses esperan la llegada de la milicia honrada, acompañada por las alarmas de toda la comarca. A ambos lados de las murallas se agolpaban los espectadores. Estallaron varios petardos y entre gaitas, aparecieron por Carral los insurgentes. Hasta tres veces atacaron la fortaleza: Carolo con su hacha, seguido por Cachamuiña (Antón Chao), para acabar con un grupo de mujeres que lograron echar abajo el portalón.

En ese momento, los franceses fueron literalmente barridos. Presionando hacía el interior del Casco Vello, la multitud empujaba a los de Napoleón que finalmente cedieron y se dirigieron hacia el mar. Sobre un pantalán, en el Náutico, se recreó la capitulación francesa ante las autoridades locales, un escenario sobre las aguas rodeado de espectadores. Mientras los lugareños bailaban, los vencidos embarcaron en un velero de dos mástiles, el “Venus” con dirección a Inglaterra. Fuegos artificiales y de nuevo la lluvia para despedir la conmemoración de la Reconquista, 205 años después.

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