Los casos judiciales que alcanzan cierto recorrido mediático suelen significar que el conjunto de la sociedad comience a escuchar, e incluso emplear, términos técnicos muy específicos.
Uno de los últimos ejemplos es el concepto de homicidio imprudente, con casos como el de Nerea Añel, cuando se piden 14 años de cárcel para su pareja.
La diferencia entre imprudencia y dolo
El dolo es un término algo técnico, pero muy importante en el Derecho.
La Real Academia Española recoge este término, en sus diferentes acepciones, como "Engaño, fraude, simulación", "voluntad deliberada de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud (cualidad de ilícito, es decir, no permitido)", y "en los actos jurídicos, voluntad maliciosa de engañar a alguien o de incumplir una obligación contraída".
Ahora que se conoce esto, es el momento de explicar la diferencia entre dolo e imprudencia. Pero esto es sencillo, siendo la imprudencia un término ampliamente reconocido en la cultura popular.
En palabras sencillas, se trata de la circunstancia por la cual se comete un error o se provoca un percance sin conocimiento del riesgo en el que se estaba sometiendo a un tercero, o no teniéndolo en cuenta, pero sin buscar de forma expresa que se produzca un perjuicio.
Por el contrario, en el caso del dolo sí se comete algún hecho con conciencia plena de lo que se hace, el peligro y las posibles consecuencias.
Ejemplos más comunes de homicidio imprudente
Cuando se ha entendido que el homicidio imprudente es aquel que se comete por falta de previsión, cuando se podría haber evitado, y no se tiene intención real de llevarlo a cabo, resulta sencillo imaginar ejemplos.
En la carretera se cometen buena parte de los homicidios imprudentes: por ejemplo, cuando se atropella a un peatón mientras uno está distraído con el móvil.
Otro ejemplo clásico es el del médico que provoca una muerte al administrar demasiada dosis de un medicamento.
¿Cuál es la pena por homicidio imprudente?
En general, el homicidio imprudente significa una pena de tres meses a nueve años de prisión, según la gravedad del caso.
- Homicidio imprudente leve: de uno a dos meses
- Homicidio imprudente grave: de uno a cuatro años
- Homicidio imprudente grave superagravado: de seis a nueve años
