El virus de la rabia amenaza la imagen paradisíaca de Bali

El virus de la rabia amenaza uno de los principales destinos turísticos de Indonesia, la isla de Bali, donde cientos de miles de perros vagabundos portan la enfermedad y 132 personas han muerto desde que se declaró la epidemia en 2008.
Con casi cuatro millones de habitantes y más de seis millones de turistas al año, este edén de templos y playas de ensueño se juega su mayor fuente de ingresos desde el momento que países como Estados Unidos y Australia han empezado a recomendar a sus ciudadanos que se abstengan de visitar la isla si no están vacunados contra el virus.

En los últimos tres años, demasiados visitantes extranjeros han tenido que acortar abruptamente sus vacaciones para regresar a sus países y seguir allí el estricto programa de inyecciones que impide desarrollar la enfermedad.

La rabia, una infección vírica cuyo Día Mundial se celebra hoy en todo el mundo, se transmite a través del mordisco de un animal portador, habitualmente perros, gatos y monos, y es mortal si no se recibe atención médica inmediata.

No se sabe a ciencia cierta cuándo y cómo la rabia arribó a Bali, aunque los expertos aventuran que algún perro infectado desembarcó en la isla y propagó el mal.

Lo que comenzó con unos casos aislados ha acabado con Bali declarada zona endémica de rabia por la Organización Mundial de la Salud.

La directora del Centro para el Control de Enfermedades Animales de Indonesia, Rita Kusriastuti, dice que hay un incremento de la incidencia de la enfermedad y 'el peor dato corresponde a 2010, cuando se documentaron 78.203 casos de mordeduras en Indonesia, y el 70 por ciento de ellos tuvo lugar en Bali'.

No obstante, el número de muertes ha disminuido en los últimos meses.

El responsable del Departamento de Salud de Bali, Nyoman Sutedja, destaca que mientras que 80 personas fallecieron en 2010, la cifra de víctimas ha menguado hasta 18 en los nueve primeros meses de 2011.

El Gobierno regional, consciente del riesgo sanitario y económico, se ha marcado como objetivo acabar con los contagios humanos a partir de finales de 2012 y hacer de Bali un área libre de rabia para el año 2015.

Los lugareños cuentan que la plaga ha transformado al mejor amigo del hombre en su peor enemigo; a diario llegan a los centros médicos de Bali unas 150 personas que han sido víctimas de un perro rabioso, según datos las autoridades sanitarias.

La población canina conquista cada esquina y su exagerado número se hace patente, sobre todo durante la noche, en las calles menos transitadas.

La fama demoníaca de estos canes los ha convertido en protagonistas del recién estrenado documental 'Bali. La isla de los perros', una cinta en la que los cineastas Lawrence Blair y Dean Allan Tolhurst exploran la perspectiva más salvaje de esta invasión perruna.

Para combatir este incipiente estigma, las autoridades se plantearon sacrificar a cientos de miles de canes y contener el brote, porque en un principio carecían de presupuesto para la vacunación masiva.

Más adelante, gracias a las donaciones de organizaciones para la defensa del trato hacia los animales, los responsables regionales diseñaron un ambicioso plan de vacunas de 400.000 perros y que va por la mitad en la actualidad.

La segunda campaña de vacunación terminará a finales de octubre y prevé la inoculación del 70 por ciento de la cabaña canina.

Si bien Bali no es la única región de Indonesia afectada por la rabia, porque se han registrado casos en 24 de las 33 provincias del país, sí que se trata del mayor escaparate internacional para ganar la batalla a una enfermedad que mata anualmente a alrededor de 55.000 personas en todo el mundo.

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