WWF y Canon se unen en la lucha para salvar al oso polar de la extinción

WWF y Canon han unido sus fuerzas en la lucha para salvar al oso polar del Ártico, una de las especies más afectadas por la pérdida de hábitats debido al calentamiento global y que podría desaparecer en el próximo siglo si continúa esta situación.
Por ello, ambas entidades dedicarán sus esfuerzos a sensibilizar a la sociedad sobre el futuro de este gran mamífero, a través de la difusión de noticias y la participación directa de los ciudadanos mediante las redes sociales, así como una campaña de colaboración a través de la venta de peluches, cuyos beneficios irán destinados al 'Programa de Lucha contra el Cambio Climático' de WWF.

Asimismo, para los más pequeños, Canon y WWF han puesto en marcha una serie de contenidos y juegos interactivos para niños en la Zona Infantil de su página web http://wwf.panda.org:80/what_we_do/where_we_work/arctic/area/species/polarbear/polar_bear/kids_zone/.

Además, han anunciado que apoyarán las investigaciones de campo que estudian y desarrollan estrategias de adaptación al cambio climático que eviten la desaparición de esta especie. En este sentido, la herramienta 'on line' ('Polar Bear Tracker') permite seguir sus movimientos migratorios en el archipiélago de Svalbard, Noruega, el Mar de Beaufort, Alaska, la Bahía de Hudson y Canadá.

La pérdida de hábitat del oso polar está relacionada con el deshielo del Océano Ártico, que se derrite 'a un ritmo sin precedentes', según denuncia WWF. El oso polar necesita el hielo para encontrar sus presas, y cuando el hielo se retira hacia el norte, en la época de verano, el oso polar se refugia en estas áreas septentrionales, huyendo de los cazadores furtivos y buscando zonas remotas en las que poder criar a sus cachorros.

Por otra parte, los nuevos canales de navegación que se forman actualmente debido al retroceso del hielo, aumenta el número de barcos que recorre estas zonas marinas y el incremento de exploraciones petrolíferas. Este hecho agudiza el problema de la fragmentación del territorio y genera un mayor riesgo de vertidos.

El Acuerdo Internacional para la Conservación del Oso Polar (1973) puso fin a la caza comercial de esta especie ya que sólo se permite su captura como medio de subsistencia para las comunidades locales, siempre que se lleve a cabo con métodos tradicionales. Sin embargo, en países como Rusia o Groenladia 'existe una grave falta de regulación, control e información' sobre la caza del oso polar y el furtivismo, según WWF.

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