Un yemení fue el encargado de buscarle al líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama Bin Laden, la que sería su quinta esposa, una chica joven, religiosa y obediente, informa hoy el diario británico 'The Sunday Times'.
El periódico entrevistó a Sheij Rashad Mohamed Saed Ismael, el asesor de Bin Laden que le encontró una mujer cuyo desposamiento debía servirle para cimentar las relaciones con Yemen, el país de origen de su millonario padre.
Según el yemení, la chica, que le fue entregada al jefe terrorista en 2000, debía ser 'religiosa, obediente, generosa, bien educada, callada, calmada y suficientemente joven para que no se sintiera celosa de sus otras esposas'.
El celestino, también llamado Abu al-Fida, conocía a una mujer que cumplía esas características en su ciudad natal de Ibb, en el suroeste del país, llamada Amal al-Sadah, la hija de 18 años de un funcionario.
'Incluso a su tierna edad era religiosa y espiritual y creía en las cosas que Bin Laden -un hombre muy pío, religioso y espiritual- también creía', declara el ayudante a 'The Sunday Times'.
Además, añade, viniendo de una familia modesta podía adaptarse bien a vivir en cuevas, y tampoco le importaba casarse con un hombre de la edad de su padre -Osama tenía entonces 43 años- porque sabía que obedecer a su esposo le reportaría 'un lugar en el cielo'.
Un año antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, Fida convenció a la joven y a su familia de la boda y dispuso los preparativos para llevarla a Afganistán siguiendo las instrucciones de Bin Laden, que le dio 5.000 dólares -una gran suma en Yemen- para comprarle joyas.
La familia de la joven y la de Fida también recibieron miles de dólares por su colaboración, explica la fuente al periódico.
Según el yemení, la chica, que le fue entregada al jefe terrorista en 2000, debía ser 'religiosa, obediente, generosa, bien educada, callada, calmada y suficientemente joven para que no se sintiera celosa de sus otras esposas'.
El celestino, también llamado Abu al-Fida, conocía a una mujer que cumplía esas características en su ciudad natal de Ibb, en el suroeste del país, llamada Amal al-Sadah, la hija de 18 años de un funcionario.
'Incluso a su tierna edad era religiosa y espiritual y creía en las cosas que Bin Laden -un hombre muy pío, religioso y espiritual- también creía', declara el ayudante a 'The Sunday Times'.
Además, añade, viniendo de una familia modesta podía adaptarse bien a vivir en cuevas, y tampoco le importaba casarse con un hombre de la edad de su padre -Osama tenía entonces 43 años- porque sabía que obedecer a su esposo le reportaría 'un lugar en el cielo'.
Un año antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, Fida convenció a la joven y a su familia de la boda y dispuso los preparativos para llevarla a Afganistán siguiendo las instrucciones de Bin Laden, que le dio 5.000 dólares -una gran suma en Yemen- para comprarle joyas.
La familia de la joven y la de Fida también recibieron miles de dólares por su colaboración, explica la fuente al periódico.
