Carver Mead critica que se aplasten las ideas locas de los jóvenes talentos

Carver Mead, uno de los tecnólogos más relevantes de la sociedad de la información, considera que es más sencillo darle salida comercial a una idea científica que lograr que la sociedad deje de desalentar y aplastar las ideas 'locas' de los jóvenes innovadores.
El científico recibirá mañana el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Tecnologías de la Información y la Comunicación, que le ha sido concedido 'por hacer posible la construcción de los microchips con miles de millones de transistores que rigen el funcionamiento de los dispositivos electrónicos' en la actualidad.

Para Mead, lo más complicado en el proceso para que la investigación se traduzca en rentabilidad es permitir a quien tiene aspiraciones científicas desarrollar su idea, por peregrina que pueda resultar.

No censurar la iniciativa y no machacar con el miedo al fracaso son claves para permitir el progreso de la ciencia, aunque tan sólo una de cada cincuenta ideas tenga éxito, ha sostenido el ingeniero que creó los sistemas integrados a gran escala.

'No todo funciona, muy pocas ideas funcionan, pero si no se permite el intento ninguna tendrá éxito. Hay una especie de resistencia cultural de permitir que la gente intente hacer cosas. (...) El gran éxito es dejar que el éxito ocurra', ha declarado hoy en una rueda de prensa en Madrid.

La sociedad de la información le debe mucho a Mead, quien imaginó que se podría reducir el tamaño de los transistores, calculó el límite físico de la miniaturización de los chips, predijo que los microprocesadores estarían compuestos por miles de millones de transistores y descubrió cómo integrar todos esos componentes en una placa de silicio minúscula.

Pero después de patentar 80 inventos y fundar 20 empresas, Mead ha reconocido que ha aprendido mucho más de los fracasos que de los éxitos.

El tecnólogo ha reconocido que la sobreabundancia de información produce una 'inundación' en la sociedad, que aún no se ha adaptado a esta transformación.

Sin embargo, ha asegurado que existen herramientas para que los ciudadanos elijan los datos y establezcan conexiones selectivas entre ellos. Esto, ha afirmado, tendrá un efecto 'muy profundo' en cómo se perciben las fronteras nacionales, lingüísticas y culturales porque las relaciones humanas ya no estarán limitadas por ellas.

'Estamos ante una revolución de la información. Se ha multiplicado por mil millones nuestra capacidad de almacenar y enviar información y eso ha tenido lugar gracias al sustrato físico. La forma en la que la información llega a nuestras vidas, lo que ha cambiado el mundo, ha dependido totalmente de cómo hemos hecho evolucionar el sustrato físico', ha indicado Mead.

El ingeniero electrónico, quien recibió la Medalla Nacional de Tecnología de Estados Unidos -la mayor distinción en este ámbito- ha asegurado que el microchip es la fuerza motriz del procesamiento de la información, la razón de su enorme progreso, aunque hace unas pocas décadas se considerara imposible fabricar chips más pequeños.

En la actualidad, Mead (California, 1934) está enfrascado en la tarea de hacer más sencilla la comprensión de la física.

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