Crean calculadora que pronostica el riesgo de muerte en enfermedad cardíaca

Médicos del Hospital Germans Trias (Can Ruti) de Badalona y del Institut Hospital del Mar d'Investigacions Mèdiques (IMIM) han desarrollado una nueva calculadora que aumenta la precisión en el pronóstico del riesgo de muerte de los pacientes con insuficiencia cardíaca.

La nueva herramienta se ha desarrollado a partir de los datos de los enfermos atendidos en el hospital badalonés y permite identificar a los pacientes con menos expectativa de vida y así intensificar su seguimiento y tratamiento.

Las características de la calculadora, que se publican esta semana en la revista científica 'PLOS-ONE', permiten calcular no sólo teniendo en cuenta variables clínicas, sino también la concentración en sangre de proteínas que indican que el músculo cardíaco está sufriendo.

Según ha informado hoy el hospital badalonés, la calculadora la pueden usar los profesionales sanitarios en abierto accediendo a la página www.bcnbiohfcalculator.cat.

La nueva herramienta, de nombre 'Barcelona Bio Heart Failure risk calculator' (BCN Bio-HF calculator), posibilita determinar el riesgo de muerte a 1, 2 y 3 años, y la expectativa de vida de los pacientes con insuficiencia cardíaca.

'Es más precisa que herramientas desarrolladas anteriormente porque, para hacer el cálculo, tiene en cuenta por primera vez la concentración en sangre de tres proteínas que indican que el músculo cardíaco está sufriendo', han explicado sus creadores.

Estas proteínas son biomarcadores que permiten hacer el cálculo de forma dinámica ya que la calculadora es sensible a sus cambios de concentración en sangre, producidos por la aplicación de tratamientos y por la mejora o empeoramiento de los pacientes.

'Así, se puede afinar mucho mejor la idoneidad al elegir la terapia en cada enfermo y en cada momento', concluyen los investigadores.

Las otras variables que tiene en cuenta la calculadora, ya utilizadas por herramientas previas similares, son indicadores clínicos como la edad, el sexo, el nivel de cansancio, la función renal, la hemoglobina o la capacidad de contracción del músculo cardíaco, e indicadores de tratamiento como la dosis de diurético o la administración de betabloqueantes, vasodilatadores o estatinas.

La insuficiencia cardíaca es una situación patológica en la que el corazón es incapaz de bombear la sangre que le llega en la medida en la que lo tendría que hacer y causa, por lo tanto, debilidad, cansancio y dificultad para respirar.

Según los cardiólogos, la insuficiencia es el desenlace de muchas enfermedades del corazón y una epidemia del siglo XXI en los países desarrollados, favorecida por el aumento de la expectativa de vida de la población general y por la mejora en el pronóstico de enfermedades como el infarto agudo de miocardio o la hipertensión.

Es decir, como los pacientes con patologías cardíacas o cardiovasculares sobreviven durante más tiempo, acaban desarrollando insuficiencia cardíaca.

La incidencia en España es de un 7 % en la población mayor de 45 años y de hasta un 16 % en la población mayor de 75 años, según los últimos estudios publicados.

Los enfermos con insuficiencia cardíaca ingresan frecuentemente en el hospital por descompensaciones, a la vez que, de media, tienen un riesgo de muerte cinco veces superior al del resto de la población.

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