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Escuchando Internet

Video killed the radio star”, decía la famosa canción de The Buggles. Pero… Más de cuarenta años después de que se publicase, ¿podemos seguir manteniendo esta afirmación? En 2020 el consumo de vídeo aumentó considerablemente, debido principalmente a que durante los meses del confinamiento la mayor parte de nuestro tiempo estuvimos pegados a múltiples pantallas. Las principales plataformas audiovisuales como Netflix, HBO o Amazon Prime Video y las redes sociales con YouTube, Instagram o TikTok a la cabeza permitieron que el consumo de vídeos llegase hasta a cuadruplicarse en el último año. 

Pero 2020 no solo ha permitido que el consumo de vídeo se disparase, y los formatos de audio han salido muy reforzados también tras la crisis del coronavirus, confirmando el ligero crecimiento que ya se había apreciado en 2019. Los podcasts, que en estos momentos se encuentran experimentando una segunda juventud, así como otras aplicaciones como Discord, muy utilizada por los gamers para comunicarse por voz durante sus partidas, o Clubhouse, una red social que permite crear salas de audio en las que conversar sobre distintos temas y que se popularizó a principios de año gracias al impulso de multitud de famosos e influencers. 

Los podcast son programas de audio que cualquiera puede escuchar a través de un ordenador o dispositivo de audio, generalmente bajo una suscripción. Su formato es muy similar al de un programa de radio, con una serie de contenidos y periodicidad fijos o recurrentes. A mediados de la década de los 2000, con el auge del formato MP3 y la democratización del precio de los reproductores de audio portátiles este formato de audio pasó por uno de sus grandes momentos, con el nacimiento de los primeros podcasts nativos y la publicación de los distintos programas de radio de las emisoras más conocidas para su descarga. 

Tras años de ocaso, a finales de 2019 las principales empresas tecnológicas decidieron volver a apostar por su relanzamiento. Así, Spotify creó su sección de podcasts dentro de su aplicación y empezó a comprar empresas dedicadas a la producción y a la difusión de contenidos de audio, sumando también a su catálogo algunos de los programas más escuchados en todo el mundo en exclusiva. Su última adquisición en este campo fue la de la empresa Megaphone, propietaria de una tecnología publicitaria para formatos de audio, algo que promete rentabilizar muy pronto también en España. Apple, su gran competidora en el streaming musical tampoco se ha quedado atrás y cada vez pone más su foco en la creación de contenidos y el lanzamiento de nuevas herramientas para que los creadores lancen sus podcast y consigan ingresos, como por ejemplo permitiendo las suscripciones de pago para acceso a contenidos o episodios exclusivos. Amazon tampoco se quiere quedar atrás y redobla esfuerzos para promocionar su servicio Audible, hasta ahora más centrado en el mundo de los audiolibros, y que ahora intenta reconvertir también a plataforma de descubrimiento y escucha de podcasts gracias al fichaje de famosos y programas de gran éxito en la red. 

Otras grandes empresas tecnológicas también se quieren subir al carro de las aplicaciones de audio en línea, más allá de los podcasts. Microsoft, por ejemplo, intentó fallidamente comprar Discord, la aplicación de comunicación más utilizada entre gamers para compartir impresiones y partidas en directo mediante canales de voz y de texto. Finalmente fue Sony la que consiguió entrar en su accionariado, apostando por la integración de nuevas funciones de comunicación de voz en su última videoconsola, la PlayStation 5. Además de su aplicación para la suscripción a podcasts, Google también acaba de anunciar una nueva apuesta en el mundo del audio que tiene que ver con la inteligencia artificial. En su última conferencia de desarrolladores, la compañía ha anunciado su proyecto LaMDA, un nuevo lenguaje conversacional que permitirá que los usuarios interaccionemos con los distintos dispositivos de forma más natural, sensata y abierta, poniéndose por ejemplo en el papel de un personaje histórico o un objeto cotidiano. 

Pero sin duda la gran apuesta por los formatos de audio en el último año ha venido desde las redes sociales y las aplicaciones móviles. Seguro que ha oído hablar de Clubhouse, la aplicación que permite generar salas de audio para conversar en directo sobre diferentes temas. A principios de 2021 experimentó un gran crecimiento, no solo debido al uso y promoción de personajes famosos e influencers, sino también al efecto viral de su acceso exclusivo mediante invitación y limitado también a dispositivos de Apple. El boom de esta aplicación hizo que Twitter se pusiera las pilas, desarrollando en tiempo récord su propio clon de Clubhouse, Twitter Spaces. Esta nueva funcionalidad ha cobrado ya tanta importancia en la red social, que incluso acaba de estrenar un botón propio de acceso rápido a los espacios de audio en emisión. 

La industria espera que el consumo de los formatos de audio crezca en los próximos años y comparta espacio con otros contenidos audiovisuales, dentro de las redes sociales y las plataformas de entretenimiento que ya conocemos. Los hábitos de consumo, cada vez más conectados a través de distintos dispositivos, nos llevan a un futuro con una gran oferta multiplataforma de formatos multimedia llenos de posibilidades, de inclusión y de creatividad.

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