Actualizar los ordenadores y los equipos informáticos suele ser una opción muy recomendable a la hora de conseguir un mejor rendimiento del equipo sin la necesidad de comprar uno nuevo. Mejoras puntuales en la memoria RAM, cambiar el disco duro o utilizar aplicaciones online alarga la vida útil de los ordenadores domésticos y profesionales sin recurrir a grandes desembolsos económicos.
- La nube, un gran aliado: los servicios de almacenamiento virtual permiten guardar documentos y archivos en servidores externos, ahorrando espacio en el disco duro del ordenador y liberando al procesador de realizar búsquedas. Las aplicaciones online, como las herramientas ofimáticas , también liberan carga de trabajo. Sólo es necesaria una conexión inalámbrica estable.
- Desfragmentar el disco duro: a medida que se borran o copian archivos en el disco duro éste va utilizando diferentes espacios de almacenamiento que están distantes unos de otros, lo que ralentiza el acceso a los datos y hace que el equipo consuma más energía. Los sistemas operativos tienen aplicaciones de desfragmentación de disco, que hacen que todos los datos vuelva a estar más concentrados en un determinado espacio. Así el usuario puede acceder a ellos de manera mucho más rápida y eficaz.
- Actualizaciones: el sistema operativo y en antivirus deben actualizarse tan pronto salgan los avisos en pantalla de novedades y parches. En cuanto a los componentes físicos del ordenador, cambiar el disco duro por un una unidad de almacenamiento sólida (SSD) o aumentar la memoria RAM suele mejorar sustancialmente la eficiencia y fluidez del sistema, además de mejorar los tiempos de arranque.
- Evitar el "síndrome de Diógenes digital": eliminar periódicamente archivos temporales, documentos y contenidos que no son necesarios es un hábito que permite disponer de más espacio de disco y previene problemas de rendimiento. Mientras más cargado esté un disco duro, peor funciona un ordenador. Las descargas compulsivas y almacenar contenidos aumenta el riesgo de infección de virus.
- Vigilar las "cookies": el acceso a las páginas web conlleva aceptar el uso de "cookies", archivos que permiten almacenar las preferencias de los usuarios. Aunque su uso no debería acarrear problemas, en algunos casos el exceso de estos archivos puede ralentizar la navegación por internet. Si esto ocurre, deben eliminarse las "cookies" y revisar las políticas de privacidad una vez se vuelva a acceder a las webs habituales.
- Mantener limpio el ordenador: los equipos acumulan polvo en su interior que debe ser limpiado periódicamente. También debe estar colocados en espacios bien ventilados, y no tapar ninguna de sus entradas y salidas de aire.
