¿Cuánto sabes sobre el valor de tu coche?

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El valor de un coche depende principalmente del momento exacto en que quieras venderlo.

El coche suele ser la inversión más importante después de un hogar, y no solamente en términos financieros. Lo mimas, lo cuidas, y recuerdas con cariño el día que lo sacaste del concesionario, cuando pensabas que nunca dejarías que acumulase polvo o sufriese un rasguño. Ya lo uses un par de veces por semana o sea tu fiel compañero del día a día, un coche es siempre mucho más que un vehículo: es una caja de recuerdos, aventuras y emociones sobre ruedas.

A la hora de calcular el precio de un coche, sin embargo, el valor sentimental de un vehículo tiene un peso relativamente bajo: siempre puedes exprimir ese filón si quieres poner un anuncio que toque la fibra de un posible comprador, aunque al final lo que cuenta son los factores fijos y variables que influyen directamente en su valor en el momento exacto de venta. ¿Sabes cuánto vale tu coche hoy? ¿Y mañana? Te explicamos cuatro cosas que quizás no sepas sobre el valor actual de tu coche:

Tu coche ya no vale lo mismo 60 segundos después de comprarlo. Al contrario de lo que pueda suceder con una inversión inmobiliaria, un coche pierde valor de manera drástica nada más sacarlo del concesionario. La curva de depreciación es tan acusada que mantiene más o menos el mismo curso hasta el día que te deshaces de él: un coche recién estrenado pierde entre un 11 y un 18% de su valor desde que lo compras y a lo largo del primer año. Su valor cae un 10% más cada año a lo largo de los siguientes cinco, con una caída de un 5% anual a partir del sexto año en adelante. Las famosas tablas de precios, como las tablas de tasación Ganvam, son un buen indicador de la depreciación de un vehículo, ya que se actualizan cada tres meses y registran meticulosamente el valor de todos los modelos y marcas en función de su año de matriculación. 

Todos los coches de un mismo modelo y año valen lo mismo… pero solo sobre el papel. Piénsalo: tu vecino y tú compráis el mismo modelo de coche el mismo año. Sobre el papel (véase, la tasación Ganvam, o las tablas que publica Hacienda en el BOE), ambos coches se deprecian a la misma velocidad, por lo que ambos deberían valer lo mismo pasados tres, cuatro, cinco o seis años. Sin embargo, uno va a usarlo solamente los fines de semana mientras que el otro circula varios cientos de kilómetros cada día. El kilometraje y el desgaste de los componentes son dos de los factores que más afectan al valor de un vehículo, y que se suman a su depreciación natural. Es por esto que realizar una tasación basándose solamente en las tablas de precios a menudo sea un método insuficiente a la hora de calcular el valor exacto de un coche.

Independientemente del precio por el que vendas el coche, los impuestos son fijos. El cambio de titularidad es un paso imprescindible si quieres vender tu coche a un concesionario o a un particular, y lleva asociado un impuesto que debe ser pagado a Hacienda y que se calcula en función de las tablas de valoración del BOE. Si por ejemplo tienes un Seat Ibiza matriculado en 2008, Hacienda calculará el valor exacto de tu coche en 2018 en base a su depreciación (en este caso, en torno a un 17% de lo que te costó el Ibiza al comprarlo), y sobre ese valor deberás pagar una tasa de entre un 4 y un 8% dependiendo de donde vivas. Por eso, independientemente del acuerdo que logres por el coche al venderlo en el mercado de segunda mano, el impuesto de transmisiones patrimoniales va a estar siempre marcado por la ley.

El valor residual y el precio de venta suelen coincidir, pero no siempre. El primero es el valor que tiene el coche cuando pones sobre la mesa todos los aspectos que pueden afectar a su compraventa: depreciación, kilometraje, estado, la cantidad de averías o accidentes que acumule, o los extras, el color y el acabado de la carrocería. El precio de venta suele estar basado en todos estos elementos, sumando en última instancia un factor más, y que va marcado por ley de la oferta y la demanda dentro del mercado de ocasión en ese momento concreto. De ahí que suela ser más rentable vender un deportivo coupé en los meses de verano, o que un todoterreno resulte más valioso en zona de montaña que en ciudad.
 

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