El pueblo retrocederá varios siglos para recrear las tradiciones y vivencias del medievo, pero, ¿cómo vestirse, acertar con la indumentaria y no gastarse un ojo de la cara en disfraces o modistas?
Está a la vuelta de la esquina la que es, para muchos, la mejor fiesta del verano: los días 28 y 29 de agosto se celebra la Istoria en Ribadavia. El pueblo retrocederá varios siglos para recrear las tradiciones y vivencias del medievo, donde no faltará la representación de las diferentes culturas, oficios, religiones y clases sociales de la época, y las calles y plazas se abarrotarán de gente luciendo sus 'mejores galas' -adaptadas a la época, claro-.
Pero, ¿cómo vestirse, acertar con la indumentaria y no gastarse un ojo de la cara en disfraces o modistas? La respuesta es sencilla: basta con tener algo de imaginación y buen gusto. Pero para el que esté falto de tiempo o ideas y no quiera quedarse en casa por falta de presupuesto puede estar tranquilo.
Las mujeres lo tienen muy fácil. De todos modos, una advertencia: se trata de recrear lo medieval, no a una diosa griega. Las sábanas blancas anudadas no son una opción.
Pueden escoger entre llevar un vestido o dos piezas. Para la primera opción, valdría reciclar un vestido largo -sobre todo si es beis, marrón, granate o naranja- o hacerlo comprando alguna tela barata. Si se prefiere el conjunto de falda y blusa, para la primera prenda pueden seguirse los mismos consejos que para el vestido. Y respecto a la blusa, cualquiera que sea blanca puede valer. Si tiene los hombros al aire -tan de moda esta temporada-, mejor todavía.
Corsés, diademas, cinturones, fajines, foulards, flores y coronas serán los complementos perfectos del atuendo. Y en los pies, igual que los hombres, sandalias romanas o alpargatas.
Los hombres tendrán que esforzarse algo más, a menos que entre las prendas de su armario se encuentren los vestidos o túnicas. Pero que no cunda el pánico: basta con comprar una tela y darle unas cuantas puntadas -los menos hábiles y más apurados pueden tirar de grapadora- y decorarla con cuerdas, chalecos, escudos o cintas en la cabeza.
Así que lo de 'no tengo traje' o lo de 'no sé como hacerlo' ya no sirve como excusa para quedarse en casa y perderse una cita tan importante como ésta.
