El regreso de John Frusciante a la banda es claramente el detalle que más ha llamado la atención de los fans. El guitarrista había participado con la banda desde 1988 hasta 1992. Frusciante se negó a salir a escena en una actuación en el Club Quattro de Tokio, el 7 de mayo de 1992, diciendo que había dejado la banda. Al final, sus compañeros consiguieron convencerle de que tocase en aquel concierto, pero ese sería el último.
Eso se creía hasta 1998, año en el que los Red Hot acababan de echar a Dave Navarro y estaban a punto de disolverse, pero Flea y Anthony (bajista y vocalista) decidieron que la forma de poder continuar, era traer de vuelta a Frusciante. Tras la grabación de Stadium Arcadium, un doble disco que experimentaba con un estilo más relajado que los previos, volvió a abandonar la banda en 2009, esta vez, para dedicarse a su carrera en solitario.
Frusciante ha sido siempre un miembro muy importante para Red Hot Chili Peppers, encajando muy bien el estilo de la banda al suyo propio, proporcionando además de sus guitarras, unos coros con un registro especialmente alto que armoniza con la voz de Kiedis.
Este nuevo disco es una vuelta a los primeros discos con Frusciante, tras el disco The Getaway de 2016 para el que contaban con Josh Klinghoffer a la guitarra. Este nuevo disco recupera esas sensaciones de Stadium Arcadium pero con un nuevo enfoque, manteniendo ese bajo característico de Flea, las baterías de Chad Smith y las voces de Anthony Kiedis con el añadido de recuperar a un John Frusciante que vuelve tras experimentar y aprender mucho por su cuenta.
