Aliza Winneg: “Tenía miedo de vivir en un sitio pequeño, pero Trives me gusta"

Aliza Winneg llegó a Trives, desde Pennsylvania, en el mes de septiembre para trabajar como ayudante de lectura de inglés en el Instituto y en el CEIP de la villa. En tan solo cuatro meses la estadounidense dice estar gratamente sorprendida de la vida en el rural, aunque reconoce que es mucho el cambio frente a su lugar de origen.

¿Cómo termina una chica de Filadelfia trabajando en Trives? 

Hay un programa con el Gobierno y con la Xunta en colaboración con una iniciativa norteamericana que se llama NALCAP. Tengo muchos amigos estadounidenses que hacen ese programa y yo quería moverme a España, practicar mi español, y aprender más sobre la carrera de profesora.

Está muy integrada en la villa trivesa. ¿Se quedará un curso más?

Me gusta Trives mucho. Al principio tenía un poco de miedo trabajar en un sitio tan pequeño, pero los beneficios del estilo de vida de un pueblo pequeñito me dejaron gratamente sorprendida. Ahora mismo estoy considerando la idea de continuar aquí.

¿Cómo está  siendo su día a día en el rural?

Al ver a donde me venía tuve miedo de sentirme aislada, pero no es el caso. Eso se lo puedo agradecer a todos los profes, que desde el primer día me recibieron muy bien, me trataban como una amiga enseñándome la zona, haciendo senderismo, tomando cafés y ayudando a que me integrara en el pueblo, en donde ahora ya saben quién soy hasta en el supermercado.

¿Qué es lo que más le gusta del estilo de vida de este pequeño municipio?

Me encanta la comunidad fuerte en Trives, que todo el mundo se conoce y por eso, en mi opinión, se cuidan. También, viviendo en pleno contacto con la naturaleza me tranquilizo mucho. No me había dado cuenta de que necesitaba un estilo de vida tan relajante y lo estoy aprovechando.

Tal vez el llegar a un lugar en el que además de español se habla gallego no resulta fácil. ¿Qué tal con el idioma?

La primera vez que escuché el gallego fue cuando yo llegué aquí y fue difícil. Los profes también son de todas partes de Galicia entonces, tienes maneras diferentes de hablar, hay mezcla del gallego y castellano. A veces mi mente siente como que va a explotar. Pero, después de cuatro meses yo puedo seguir las conversaciones, aunque no hablo mucho gallego, solo alguna frase para sorprender a la gente. Sobre todo, es muy guay que pueda aprender y salir con dos idiomas.

Los fines de semana viaja a Ourense a visitar a sus amigos, ¿le gusta esta tierra?

Sí me gusta mucho, tengo amigos que son profesores de inglés también y paso tiempo con ellos compartiendo experiencias y vivencias fuera de nuestros países nativos. Además, así descanso un poquito de castellano y gallego. Me gusta la naturaleza y la historia, pero auque se come bien, echo de menos la comida del extranjero, algo que comparto con mis amigos.

¿Cree que el rural es calidad de vida?

Claro que sí. El mundo se mueve demasiado rápido y es importante evaluar las prioridades de la vida

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