¿Qué significa para usted poder disfrutar cada verano de Trives?
Desde pequeña he veraneado aquí. Cuando aún no teníamos casa en Trives, veníamos a Castro, a casa de los abuelos o a San Mamed con la familia de mi madre. Me encanta venir, de hecho yo había años que venía varias veces, me escapaba cada vez que tenía vacaciones en el cole en Francia.
¿Qué sienten cuando llegan?
Cuando llegamos aquí tenemos la sensación de estar en casa. Cuando venimos, al cruzar los dos túneles de entrada a Galicia, pitamos, ya nos lo piden los peques. Al tener que marchar sientes tristeza, sobre todo cuando sabes que dejas aquí familia.
¿Usted tiene su grupo de amigos aquí?
Sí, en mi infancia y juventud siempre tuve mi pandilla, de hecho yo conocí aquí mi mejor amiga.
Y a sus hijos y marido ¿les gusta venir?
Ese es mi mayor orgullo, ver que tus hijos crecen y son como tú. Luca tiene la misma ilusión que yo tenía cada año para venir. Además hizo una pandilla muy grande con gente de aquí y otro que vienen cada verano como él. Mi marido es italiano y siempre viene encantado, dice que aquí se está de lujo. El año que nos toca ir a Italia, vamos con un poquito de triseza de no venir aquí.
¿Echan de menos Trives el resto del año?
Por supuesto, de hecho en Pamplona celebramos cada año una gran comida el 25 de julio como buenos gallegos.
¿Viviría aquí?
En algún momento mi marido y yo lo hemos pensado, no nos importaría, pero claro lo más complicado aquí son las salidas laborales.
Algo que resaltaría de esta zona
Aquí veo las estrellas, puede que os parezca tontería, pero yo allí no veo este cielo lleno de estrellas tan bonito. Recomendaría todo, la comida, la bica, pasear, las Ribeira Sacra…
