¿Cuáles son las empresas jóvenes que mejor resisten, las que arriesgan o las que no? A esta pregunta tratan de responder investigadores de la Facultad de Empresariales de Ourense, que publican un artículo científico sobre estrategias de innovación para emprendedores en una de las revistas de contabilidad más importantes del mundo. Ernesto López-Valeiras, del grupo de investigación ECOBAS y Raúl González, de la Cámara de Comercio de Ourense, firman el texto en el que también participan docentes de la Universidad Autónoma de Madrid y de la University of East Anglia, en Inglaterra.
Los expertos utilizaron el efecto “cafetería”: “A través de un vivero, un grupo de empresas con problemas similares, se estudian estrategias”, dice González. “Los viveros son organizaciones que ayudan a los emprededores a desarrollar su empresa, así ellos pueden centrar más su atención en el negocio propio y menos en temas administrativos o legales”, explica López-Valeiras. Los investigadores desarrollaron lo que llaman “Sistemas de Control de Gestión” (SCG), es decir, estrategias determinadas que vendrían bien a un tipo de emprededor u otro.
“Las estadísticas dicen que en los primeros años de vida de las empresas, la mortalidad es brutal. Los viveros ayudan a superar ese periodo inicial, el más crítico. Las herramientas de control pueden ser el cálculo de costes, una planificación estratégica, los presupuestos anuales…”, apuntan los expertos. “Analizamos la combinación entre la utilización de esas herramientas y el tipo de estrategia de innovación que tienen las empresas. Hay dos grandes estrategias. La exploradora desarrolla productos o servicios para mercados que no existen, es más arriesgada. La innovación explotadora es menos arriesgada, construye sobre algo que ya existe”.
Las que mejor aguantan los primeros años de vida son, según los investigadores, aquellas empresas que utilizan una innovación explotadora. “La innovación es un factor clave en la supervivencia. Dentro de las empresas jóvenes, las que explotan, las que hacen innovaciones menos arriesgadas en sus primeras fases de vida tienen un rendimiento mejor”, concluyen los investigadores. A partir de cada estrategia, las herramientas financieras que desarrollaron desde Ourense, “son herramientas que te permiten salvaguardar la salud financiera de la empresa. Es decir, me voy a jugar 100 euros porque sé que voy a tener 200 de retorno, por ejemplo. Eso es lo que te permiten estos sistemas de control, ver hacia dónde hay que ir”.
“Puedes tener la mejor idea del mundo, pero si no la gestionas bien, no funciona. Estas herramientas de control te permiten ir viendo lo que hay, haciendo números también, tener los pies en el suelo”, concluyen desde la Facultad de Empresariales de Ourense.
La educación financiera, una asignatura pendiente en las aulas
“Muchos emprededores no tienen formación en gestión de la empresa. En la facultad, lo normal es que las personas que emprenden vayan de la mano de otros que desarrollan un producto o servicio”, explica Ernesto López-Valeiras, que quiere impulsar el valor de la “educación financiera” en las aulas. “Existe esa mentalidad de creadores, orientados al mercado, pero no a la gestión. Es necesaria la educación financiera y estas herramientas de control ayudan a que esas personas creativas que son muy buenas en desarrollo de producto, también sean buenas en su mentalidad de gestores. El pilar financiero es fundamental”, subraya.
Este artículo científico, que parte de los resultados de una tesis más amplia, es un impulso más a la línea de investigación sobre educación financiera desarrollada en el Campus de Ourense. “Ahora estamos viendo cuál es el papel de la alfabetización financiera de los emprendedores. La educación financiera está cogiendo impulso. Se trata de fomentar el ahorro, la gestión adecuada de la inversión familiar, el emprendimiento femenino…”, dicen los investigadores.
“Nuestro foco ahora, derivado de este trabajo, está en ver cómo influye el conocimiento financiero en las empresas. Por ejemplo, el hecho de tener claro el valor del dinero en el tiempo. Es lo que tratamos de estudiar en el grupo de investigación”, apunta el profesor de la facultad, Ernesto López-Valeiras.
