La superficie de las viñas inscritas en la Denominación de Orixe se aproxima a las 1.160 hectáreas

El abandono de los viñedos se frenó en los dos últimos años

Sede del Consello Regulador de la Denominación de Orixe Valdeorras, en Vilamartín. (Foto: J.C.)
La superficie total de las viñas inscritas en la Denominación de Orixe alcanzó en 2012 las 1.157 hectáreas. Son casi las mismas de las 1.159 de 2011, pero están muy por debajo de las 1.342, 1.301 y 1.286 hectáreas de 2008, 2009 y 2010, respectivamente. Estas cifras demuestran la pérdida de viñedos en Valdeorras, pero que ésta se frenó desde 2011.
El director técnico del Consello Regulador, Jorge Mazaira, atribuyó el descenso del último lustro al despoblamiento del rural, al minifundismo y a la imposibilidad de utilizar maquinaria en viñas de extensión muy reducida. A su vez, el presidente del organismo vitivinícola con sede en Vilamartín, José Luis García Pando, añadió otro factor: las bajas de los viticultores que dejaron de trabajar las viñas y de abonar las tasas. 'Hai dous anos, o pleno acordou enviar unha carta e, se non tiñan dous anos pagados, se deron de baixa. Foron máis de cen persoas', dijo.

La estabilización de la superficie total del viñedo en las 1.160 hectáreas fue posible gracias a las nuevas plantaciones, en su mayoría de variedades preferentes, como godello, mencía, albarello o sousón. 'As plantacións son máis grandes. A xente colle terreos máis amplos. Leva os dereitos de outras plantacións, que xa non traballan. Por debaixo da media hectárea xa non merece a pena traballar a viña', explicó José Luis García.

El abandono de las viñas más pequeñas lleva consigo un cambio inesperado en las zonas tradicionales de viñedo en la comarca. Las dificultades existentes para conseguir un viñedo lo suficientemente grande para obtener rentabilidad, para lo cual es necesario negociar con varios agricultores, obliga a los viticultores a llevar las nuevas plantaciones hacia lugares donde pueden conseguir el terreno. A causa de este traslado, viñas de ladera, con más de un siglo de antigüedad, quedan abandonadas.


Tasas anuales por kilo de uva reducidas

El pago de las tasas del Consello Regulador difícilmente puede ser considerado como un factor determinante en el abandono de las viñas. Los más de cien agricultores que el organismo dio de baja en los últimos años tienen complicado justificar los impagos por los precios. A modo de ejemplo, la tasa anual de una hectárea de godello es de 100 euros. Muy mal tendría que darse la vendimia para que el productor no recupere la citada cantidad. Estimando el precio de un euro para el kilo de uvas de godello y una producción de 12.500 kilos, que es la máxima que permite el reglamento del Consello, el valor de esta cosecha es de 12.500 euros. El beneficio puede alcanzar los 5.000 euros tras restar los gastos.

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