El psicólogo Javier Urra ve 'un desajuste' permitir la interrupción del embarazo a los 16 años y prohibir el tatuaje a esa edad

“Las agresiones a madres son un mal augurio para la violencia de género'

El doctor en Psicología Javier Urra mostró su preocupación por el aumento de los casos de violencia familiar y, en particular, por los de 'hijos que agreden a sus madres'. Considera que su proliferación 'es un mal pronóstico para la violencia de género del futuro'. Estas explicaciones las ofreció en el salón de actos del nuevo Consistorio de O Barco, en un acto organizado por el Foro La Región, en colaboración con la asociación socio-educativa Vagalume.
Durante dos horas, el ponente puso nombre y solución a buena parte de los problemas de que adolece la sociedad actual, en una exposición que salpimentó con referencias a casos muy famosos, como el del asesinato de Marta del Castillo o el de 'Rafita', e incluso la Duquesa de Alba.
Ante un auditorio formado mayoritariamente por profesores, el ponente dedicó especial atención a la juventud y a sus necesidades formativas. Defendió la necesidad de 'prohibir', por el bien de los niños, y abogó por transmitir a los hijos 'el vínculo y el compromiso'.

Javier Urra calificó como 'un desajuste' que se pueda 'interrumpir el embarazo con 16 años, pero no tatuarte', o bien que 'puedas casarte a los 14, pero no tomar la copa para celebrarlo'. En referencia a la Ley del Menor, Javier Urra dijo que el endurecimiento de los casos graves 'no atajará el problema'.

Su paso por la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid le permitió afirmar que 'en la Fiscalía, los chavales están encabronados con la vida. No le ven la parte positiva'. Pero, los jóvenes también son víctimas de su actitud. En este sentido, dijo que 'en España, de lo que más mueren los jóvenes es de suicidio'.

El orador defendió la labor del psicólogo forense, muchas veces cuestionada ante la imagen de que defienden al culpable. 'Con los psicópatas y violadores tienes que intentar que no reincidan. Cada uno tiene su trabajo', dijo. A continuación, expuso el caso de Rafael García 'Rafita', uno de los tres asesinos de Sandra Palo, en Madrid. Javier Urra indicó que cuando lo exploró, con apenas ocho años, y le preguntó: '¿por qué lo haces?', el menor le respondió con un 'porque soy malo'. Seguidamente, el ponente planteó si al joven le importaban más sus zapatillas o la joven asesinada.

Otra muerte violenta muy conocida, la de Marta del Castillo, también surgió durante la charla. Javier Urra detectó síntomas de que los jóvenes acusados 'son profundamente machistas y narcisistas'. En referencia a estos asesinatos, resaltó que el triple 'crimen de Alcàsser marcó a España, por lo que sólo faltaría que quedase sin resolver este caso'.


“Hay que feminizar la sociedad, hacerla sensible'

O Barco fue la villa elegida para presentar en público por vez primera su último libro: '¿Qué se le puede pedir a la vida?', de la editorial Aguilar. Comenzó su intervención indicando que, en el mundo, 15 millones de personas intentan suicidarse todos los años, consiguiéndolo un millón de ellas.

Abogó por la feminización de la sociedad, para 'hacerla más sensible. A los hombres nos cuesta más'. También es partidario de dejar algún tiempo para 'pararse a pensar' y buscar un 'por qué y para quién vivir'. Asimismo, planteó que 'a la la vida sólo se le puede pedir lo que puede dar. No más'. En este apartado, puso el ejemplo de Irene Villa, quien perdió las dos piernas en un atentado de ETA. 'Forjó un carácter tremendo', apuntó, para inmediatamente añadir que 'hay gente que no se da cuenta de qué es ser feliz'.
Javier Urra propuso que la gente es buena, 'cuando se le da la opción'. Además, dice que las personas se movilizan 'en positivo'.

Partidario de la creatividad y del pensamiento alternativo, cree que 'estamos sobrados de información, pero faltos de conocimiento'.

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