Los alfareros eligen O Barco para exponer sus creaciones

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photo_camera Miguel Ángel González e Irene Dacal, en el acto inaugural de la Feria Internacional de Alfarería.

La cuarta edición de la Feria Internacional de Alfarería abrió con catorce puestos de artesanos

Catorce puestos de alfarería exponen cientos de piezas en el Paseo do Malecón de O Barco. Es la “IV Mostra Internacional de Alfarería”, que ayer abrió sus puertas con un claro objetivo: conseguir atraer la cantidad de visitantes suficiente para dar continuidad a la actividad. “Pedimos más asistencia de gente”, reclamó en el acto inaugural Miguel Ángel González, secretario de la asociación de artesanos Finral.

Este colectivo organizó la muestra en colaboración con el Concello. El alfarero leonés no fue el único que llamó la atención sobre la necesidad de que la población responda con su asistencia y sus compras a la convocatoria. “Ojalá que venga mucha gente, pues sería una pena que por falta de visitantes se dejase de organizar”, dijo Irene Dacal, concejala de Promoción Económica, Turismo, Comercio e Consumo.

La feria, que cerrará sus puertas a las 21,00 horas de mañana, domingo, comenzó con todo el mundo mirando hacia el cielo. "Todos los años tenemos una lucha con el tiempo", comentó Miguel Ángel González.

El tiempo no impedirá que los 14 alfareros que participan en la feria continúen en el Paseo do Malecón. Miguel Ángel González resaltó la incorporación de nuevos artesanos, llegados desde Asturias, Ciudad Real y Zamora. Su presencia en la villa barquense obedece al propósito de renovar la oferta y mostrar nuevas creaciones. Otra novedad es la presencia de Armando Moita Domingues, que llegado desde Coimbra, representa al país invitado: Portugal. Completan la relación, alfareros de León, Badajoz y Toledo.

La base del futuro museo municipal de alfarería

El acto inaugural sirvió de punto de partida para los trabajos de confección de una pieza de alfarería con la que el colectivo de artesanos agradece el apoyo del Concello, al igual que en las tres ediciones anteriores. Se trata de un jarrón de gran tamaño, de casi un metro de altura, que elabora un profesional leonés y sus promotores confían en poder darle la consistencia necesaria para poder transportarlo sin problemas hasta el horno en el que será cocido. Esta no es la única pieza que quedará en manos de O Barco. Cada uno de los artesanos que participan en la presente edición, al igual que hicieron los anteriores, donará uno de sus trabajos. Lo recordó el portavoz del colectivo, Miguel Ángel González, que también explicó que serán la base del futuro museo municipal.n

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