Los apicultores prevén que la campaña será “catastrófica”

Colmenar de O Barco rodeado de terreno quemado.
photo_camera Colmenar de O Barco rodeado de terreno quemado.
Los incendios quemaron 600 colmenas en la comarca y la sequía restó mucho alimento

El año no pudo ser peor para la gran mayoría de los apicultores de Valdeorras. Coinciden en esta afirmación la gestora y veterinaria de la Agrupación Apícola de Galicia, y también presidenta del Consello Regulador de la IXP Mel de Galicia, Esther Ordóñez, y el máximo responsable de la Asociación Valdeorresa de Apicultores, Armando Rodríguez. “Un año catastrófico”, afirmó este último. “Na provincia de Ourense, en xeral a campaña si vai ser mala”, confirmó Ordóñez.

A la espera de conocer los resultados de las zonas altas y la mielada del roble, las previsiones apuntan muy a la baja. Los concellos que registraron el incendio forestal que arrasó 10.400 hectáreas de O Barco, Rubiá y Carballeda fueron los más castigados y concentran aproximadamente el 50% de los 99 socios de la asociación que preside Armando Rodríguez. Aquí, la campaña ya está prácticamente finalizada y según las estimaciones manejadas ardieron unas 600 colmenas, siendo muchas más las afectadas, pues las llamas se llevaron un pasto que ya escaseaba debido a la sequía. “En Valdeorras, antes dos lumes, as abellas estaban desesperadas por falta de comida”, explicó Esther Ordóñez.

La gestora de la Agrupación Apícola de Galicia calcula que el fuego calcinó aproximadamente 1.500 colmenas de Valdeorras, A Pobra de Brollón, Quiroga, O Courel y Oímbra. A ellas, añade otras 3.000 que sufrirían las consecuencias de la falta de alimento al arder la vegetación del entorno, un espacio que carecerá de floración entre tres y cinco años.

La gravedad de la situación llevó a la agrupación que preside Esther Ordóñez a tejer una red solidaria con la Asociación Valdeorresa de Apicultores, un llamamiento que surtió efecto. “A solidariedade da xente saiu a relucir”, comentó, indicando seguidamente que hubo productores de miel que cedieron alimento en tanto que otras cedían terrenos en los que alimentar las colmenas de las zonas quemadas.

El presidente de los apicultores valdeorreses no se atreve a estimar la reducción de la producción de miel, pero invita a tomar precauciones ante la presión de la Vespa velutina sobre las colmenas.

Repoblar con vegetación autóctona

Las pérdidas provocadas en la cabaña apícola por los incendios forestales no solo afectarán a los productores de miel. Lo recuerda Esther Ordóñez, quien insistió en que “as abellas son polinizadoras”, por lo que también repercutirá en la ganadería. Aprovechó la ocasión para hacer un llamamiento a repoblar los terrenos que ardieron con especies autóctonas “e que sirvan de pasto para as abellas” y que pueden encontrar néctar y polen en ellas. A la espera de conocer los datos de la presente campaña, los datos que maneja IXP Mel de Galicia cuantificaron la producción de 2021 en 221.754 kilos y 1,7 millones de euros, con 285 apicultores, 48.703 colmenas y 37 envasadores registrados.

Con miras a paliar los daños ocasionados por los incendios, la Consellería do Medio Rural aprobó una línea de ayudas para los productores que perdieran colmenas y la alimentación complentaria de las abejas. En el caso valdeorrés, estas pueden solicitarse en las dependencias que la Administración autonómica tiene en la Casa Grande de Viloira. Para las colmenas destruidas, la ayuda será de 120 euros por unidad, con un límite de 20.000 euros por persona beneficiaria. Para alimento cubrirá tres meses de su coste, hasta 3.000 euros.

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