Los trabajadores de la brigada del Plan Laxa de Carballeda ayudaron a los asaltantes del empresario de O Barco en su huida por Sobradelo. El BMW en el que viajaban quedó atascado en el barro, por lo que solicitaron la colaboración de los operarios. Estos, desconocedores del robo cometido en la villa baquense, intentaron infructuosamente mover el vehículo, que al final fue abandonado.
Los testimonios de los trabajadores de la brigada del Plan Laxa de Carballeda pueden ser determinantes en la captura de los asaltantes del empresario de O Barco, José Antonio Real. Los ladrones solicitaron su ayuda cuando el coche que habían robado, un BMW, quedó atrancado en el barro.
Desconocedores del robo que se había cometido unos minutos antes en O Barco, los seis trabajadores del programa creado para ayudar a los desempleados de la pizarra empujaron el vehículo para sacarlo del barrizal, sin lograrlo. Al final, después de varios intentos, los ladrones desistieron y decidieron abandonar el vehículo. Eso sí, indicándoles que volverían acompañados por un mecánico para continuar el viaje. A lo largo de la tarde del lunes, horas después de perpetrado el asalto, los operarios pasaron por el cuartel de la Guardia Civil de O Barco para describir a las tres personas que socorrieron.
Tras los infructuosos intentos de mover el vehículo, los ladrones reemprendieron la huida con los 50.000 euros robados, en la furgoneta Mercedes Vito de matrícula extranjera utilizada en el asalto. En su escapada recorrieron la pista de tierra que comunica los pueblos de Sobradelo y Pumares, una estrecha senda de tierra, muy embarrada después de los últimos temporales. La elección de este itinerario tiene intrigados a los agentes, quienes no descartan que pudiesen haberla cogido equivocadamente. En todo caso, los ladrones llevaban guantes, por lo que el examen del BMW dirá poco de la identidad de sus ocupantes.
Desconocedores del robo que se había cometido unos minutos antes en O Barco, los seis trabajadores del programa creado para ayudar a los desempleados de la pizarra empujaron el vehículo para sacarlo del barrizal, sin lograrlo. Al final, después de varios intentos, los ladrones desistieron y decidieron abandonar el vehículo. Eso sí, indicándoles que volverían acompañados por un mecánico para continuar el viaje. A lo largo de la tarde del lunes, horas después de perpetrado el asalto, los operarios pasaron por el cuartel de la Guardia Civil de O Barco para describir a las tres personas que socorrieron.
Tras los infructuosos intentos de mover el vehículo, los ladrones reemprendieron la huida con los 50.000 euros robados, en la furgoneta Mercedes Vito de matrícula extranjera utilizada en el asalto. En su escapada recorrieron la pista de tierra que comunica los pueblos de Sobradelo y Pumares, una estrecha senda de tierra, muy embarrada después de los últimos temporales. La elección de este itinerario tiene intrigados a los agentes, quienes no descartan que pudiesen haberla cogido equivocadamente. En todo caso, los ladrones llevaban guantes, por lo que el examen del BMW dirá poco de la identidad de sus ocupantes.
