Agricultores y cazadores afirman que arrancan la corteza de los árboles recién plantados

El aumento del número de corzos amenaza los frutales

Un perro persigue un corzo por la carretera N-536, a la altura de Coedo (O Barco) (Foto: L.R.)
El crecimiento incontrolado del número de corzos causa cuantiosos daños a las plantaciones de árboles nuevos del oriente ourensano. 'Hai moitísimo corzo. Nas plantacións novas o estragan todo', protestó un ganadero de Viana. José González, propietario de una plantación de olivos en Petín, corroboró la importancia de los daños causados por estos animales y explicó que tuvo que construir un cierre para evitar la amenaza.
Los corzos arrancan la corteza de los árboles jóvenes y tiernos. La muerden o se restriegan con ella desprendiéndola y provocando la muerte del árbol. 'Ríllanlle a cortiza e matan a árbore porque non sube a savia', explicó María Páez. La secretaria comarcal de Unións Agrarias en Viana criticó la falta de ayudas de la Xunta y, más concretamente, de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras.

María Páez afirmó que el aumento de la población de corzos contribuye a crear un problema que agravan los ataques de jabalíes y lobos. Añadió que la explotación ganadera que posee en Viana fue una de las que sufrieron agresiones del lobo, un animal que tiene más fácil matar un 'becerro' de pocos días a enfrentarse al jabalí. 'Alguén terá que facerse cargo dos danos!', protestó.

'Estase rompendo a cadea natural. Isto xa é a selva', afirmó Pedro Rodríguez, coordinador de Xóvenes Agrícultores en Trives. Mostró su preocupación por el aumento del número de estos animales y confirmó el cambio de los hábitos del lobo. 'Ten máis facilidad para matar os becerros', dijo.

Agricultores y ganaderos únicamente disponen del Agroseguro para paliar los daños causados en sus huertas o plantaciones de árboles por corzos y jabalíes o bien para suplir los animales muertos por los lobos. Sin embargo, son muy pocos los suscriptores de estas pólizas.


CAZA

Los propietarios de explotaciones agrarias o ganaderas solo pueden recurrir a las esperas y recechos para detener el avance de estas especies. Los cazadores pueden realizarlos en determinados periodos y siempre con el permiso de la Xunta. 'No hay superpoblación de corzos, pero sí hay mucho', aseguraron fuentes valdeorresas de un tecor (territorio cinegéticamente ordenado), el equivalente a los antiguos cotos. Añadieron que la Unión de Tecores e Cazadores Galegos (Unitega) planteó una alegación al anteproyecto de Lei de Caza de Galicia, de la Dirección Xeral de Conservación da Natureza. Solicita variar y ampliar los periodos en que se permite su caza.

La prohibición es total en el caso del lobo. La especie está protegida por la directiva europea 92/43CEE de conservación de los hábitats naturales y de la flora y fauna silvestres. Pero el aumento de ejemplares en los montes gallegos también preocupa a Unitega, que reclamó un censo a la Xunta. El último, que data de hace una década, reflejaba un máximo de poco más de 600 lobos en Galicia, un número que, según el colectivo, es inferior al real.



Compensaciones por la Red Natura 2000

Agricultores y ganaderos del Macizo Central cuestionan las medidas de protección de la Red Natura 2000. Más de una década después de su aprobación, el coordinador trivés de Xóvenes Agricultores, Pedro Rodríguez, sigue reclamando a la Administración algún tipo de contraprestación para quienes están sujetos a la medidas restrictivas. 'Non existe nada para compensar as restriccións', protestó. También resaltó la ausencia de indemnizaciones para paliar los daños de la fauna salvaje contra las explotaciones y afirmó que planteará este problema al conselleiro de Medio Ambiente, Infraestructuras e Territorio, Agustín Hernández, en la reunión que mantendrán próximamente. Durante el encuentro, solicitará la elaboración de un plan director conteniendo las compensaciones para los habitantes de la zona protegida.

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