Valdeorras

Los bajos precios lastran las explotaciones de “porco celta"

El kilo en canal de los ejemplares es de 3,50 euros, un 66% más caro que el del cerdo blanco

 Los precios de la carne de "porco celta" dificultan el sostenimiento de las explotaciones. Asociaciones como "San Fiz" -creada en 2012 en el pueblo de Éntoma (O Barco)- tienen muy difícil sobrevivir debido al muy escaso margen de beneficio que deja la cría de estos animales. "Non renta nada. Hai que ter o animal 15 meses. Para que fose rentable debería pagarse máis", comentó José Urdangaray, alcalde pedáneo del núcleo barquense. La explotación surgió de un proyecto común de los vecinos. Buscaba crear empleo y, al mismo tiempo, mantener limpio el monte. Tres años después, estos buenos propósitos no fueron conseguidos y la iniciativa agoniza, no logrando superar las dificultades.


José Antonio Carril, director técnico de Asoporcel (Asociación de Criadores de Ganado Porcino Celta) puso números a los bajos precios. Explicó que el "porco celta" se vende a 3 euros por kilo, en canal, en tanto que el ibérico, que marca el límite máximo, está comercializándose a 3,50 euros. A su vez, el cerdo blanco sale a 1,80 euros, un 66 % más barato.
Juan Hervella es socio de una pequeña explotación de cuatro hembras de porco celta, en Manzaneda.   "A temos para a nosa matanza e cebamos algún máis para cubrir os gastos", explicó. También se refirió al largo periodo que permanecen los animales en la granja, más de 14 meses, para alcanzar un peso de algo más de 110 kilos, que un ejemplar de raza blanca consigue en menos de 8 meses. Este medio año de diferencia se traduce en un aumento de los gastos que no todos los criadores están en condiciones de soportar.


"Non compensa para vivir", comentó Raquel Méndez, propietaria de una explotación en Rubiá. "A teño como ocio. Vendo algún e os outros quedan para min. Se non  se teñen moitos animais non compensa. Hai que levalos ao matadeiro", añadió.

IBÉRICO
En Asoporcel atribuyeron parte de la culpa de los bajos precios a los problemas que atravesaron las empresas dedicadas al cerdo ibérico de ceba o granja. Fueron varias las que cerraron sus puertas, inundando el mercado con embutidos a precios de saldo. Esta circunstancia y un mejor posicionamiento de esta raza, respecto a la de "porco celta", afectaron negativamente a quienes lo crían. El director técnico de Asoporcel, José Antonio Carril, confirmó que la rentabilidad depende de su dimensión, pero también de los objetivos perseguidos o del sistema de alimentación empleado, entre otros factores.

Puso como ejemplo el de dos explotaciones: en Porto do Son y Friol. Son manejadas de forma remota, con paneles de energía solar, collares con GPS o sirenas con las que los animales entran en las cuadras y cuyas puertas se cierran automáticamente.
Por otra parte, las previsiones de Asoporcel para la próxima campaña, en el conjunto de los 330 asociados existentes a nivel gallego, abre una puerta a la esperanza, ya que, según asegura Antonio Carril, "este ano hai máis demanda que oferta". De hecho, se prevén comercializar 1.500 porcos celtas este año, siendo la cabaña gallega de 5.000.

Te puede interesar