Solicita la colaboración de la Consellería de Presidencia para rebajar la altura de los árboles y sopesa trasladar el parque infantil ubicado en el interior a una zona que no ofrezca ningún peligro
La caída de ramas de los árboles del jardín de la Casa Grande de Viloira llevó al Concello de O Barco a prohibir el acceso a los peatones a su interior. "Atención. Acceso peatones prohibido por caída de ramas en todo el jardín", dicen los escritos informativos colocados en este lugar muy frecuentado por niños y familias y que recorren diariamente los trabajadores del Distrito Forestal XIII, dependiente de la Consellería do Medio Rural. También lo frecuentan los numerosos vecinos que utilizan los servicios de la Xunta ubicados en la citada edificación, como es la Oficina de Emprego, o las dependencias que ocupan otras entidades, como el Instituto de Estudios Valdeorreses.
El peligro que existe en el área recreativa fue puesto sobre la mesa en la última sesión plenaria de la Corporación municipal por el concejal de Riada Cidadá, Félix García Yáñez. El edil reclamó una solución al equipo de gobierno: "Hai que poñer remedio", dijo.
A su vez, el alcalde socialista, Alfredo García Rodríguez, recordó que la titularidad del parque es de la Consellería de Presidencia, Administracións Públicas e Xustiza, organismo que lo adquirió para ubicar varias oficinas en la Casa Grande de Viloira. El regidor aseguró haber solicitado a sus responsables que analicen el estado de conservación en que se encuentran los árboles, en su gran mayoría de gran altura y de los cuales cuelgan ramas amenazantes sobre los usuarios.
Alfredo García también explicó que el cuidado y conservación de los árboles no es competencia municipal, que sí se ocupa de las labores de limpieza del mismo. Pese a ello, el equipo de gobierno propuso a la Consellería de Presidencia que ceda a los trabajadores municipales los elevadores necesarios para alcanzar las ramas más altas, que se encuentren en mal estado, pues el Concello carece de estos equipos.
Asimismo, el regidor municipal solicitó que la altura de los árboles fuese rebajada, precisamente buscando evitar que el problema vuelva a producirse.
La respuesta de la Administración autonómica fue el desplazamiento de un técnico de la empresa que se ocupa del mantenimiento parque para analizar el estado de los árboles, aunque las ramas que amenazan con seguir cayendo continúan en ellos. "Insistiremos", afirmó el alcalde.
En un primer momento, los agentes de la Policía Local precintaron el parque infantil ubicado en el interior del parque, permaneciendo clausurado durante las fiestas locales, del Corpus 2017. Días después, el precinto estaba roto, siendo sustituido por un anuncio del Concello: "Debido al riesgo de caída de ramas sueltas y hasta que no se subsane este problema, este parque queda completamente cerrado y prohibido su uso".
En todo caso, esta medida podría tener un carácter provisional, pues el Concello estudia alternativas para evitar que la situación pueda repetirse en un futuro. Para evitarlo, el alcalde anunció que está estudiando la posibilidad de trasladar el recinto de juegos a otra zona del paseo, en la que no haya peligro. En un principio, la opción más factible apunta a su traslado a las inmediaciones del camino. Alfredo García insistió en que la medida será tomada "por motivos de seguridade".
Prohibido el uso de este pulmón barquense para los paseantes, su utilización es obligada para los trabajadores del Distrito Forestal XIII de O Barco. Los vehículos que utilizan son estacionados en uno de sus rincones, lo que les obliga a atravesarlo para subirse a ellos y abandonar la base por la senda central.
En la otra acera de la calle donde está ubicada la entrada principal de la zona verde está situado el colegio Otero Pedrayo, siendo muchos los alumnos que disfrutan del tiempo libre en el parque infantil. Afortunadamente, el problema surgió durante el periodo de vacaciones, por lo que el número de usuarios es mucho menor.
