Un hombre y una mujer de Sobradelo (Carballeda) ingresaron ayer en el Hospital Comarcal de Valdeorras tras sufrir una intoxicación con monóxido de carbono. Su hijo, que se encontraba con ellos cuando se registró la fuga de gas, no sufrió ningún tipo de trastorno. La avería de un calentador pudo ser la causa de este suceso, según apuntaban fuentes consultadas por este diario. A última hora de la tarde de ayer, la pareja continuaba en observación en las instalaciones del centro hospitalario barquense.
Un niño de 10 años fue quien dio la voz de alarma, sobre las 15.00 horas de ayer. La puerta del primer piso del número 21 de la calle Leoncio Fernández, en Sobradelo (Carballeda de Valdeorras) llevaba tiempo entreabierta y, además, la bolsa del pan estaba colgada de ella. Estas circunstancias le hicieron pensar que algo no marchaba bien dentro. Al entrar se encontraba con una imagen que difícilmente olvidará. Las tres personas que residen en la vivienda permanecían sentadas en un sofá, ante el aparato de televisión. En medio estaba el hijo, de apenas 15 meses, flanqueado por sus padres: Liliana B. F., de 24 años, y Hugo A. C., de 25. Ambos estaban tapados y permanecían estáticos, casi rígidos. Los padres no se movían, comentaban fuentes consultadas por este diario, que también indicaron que podrían llevar varias horas en ese estado. Además, el joven apreció un extraño olor en la casa, por lo que inmediatamente abrió las ventanas de la vivienda.
Pocos minutos después llegaban a la casa dos ambulancias del 061 de O Barco y tres vehículos del Parque Comarcal de Bomberos (dos motobombas y la autoescalera), además de una patrulla de la Guardia Civil de O Barco.
Mientras los sanitarios atendían a la familia, los bomberos realizaban mediciones del ambiente, detectando la presencia de monóxido de carbono. Fuentes consultadas apuntaban que este gas podría proceder de una fuga en el calentador.
Poco después, los tres vecinos eran trasladados en ambulancia hasta el Hospital Comarcal Valdeorras, donde apreciaron la presencia del gas letal en la sangre del padre y de la madre, que a última hora de ayer permanecían en observación, en estado leve. A su vez, las pruebas practicadas al pequeño no reflejaron ningún trastorno.
Un caso desconcertante
Ante la casa donde residía la pareja intoxicada se concentró una decena de vecinos. Aunque desde un primer momento se habló de una intoxicación por monóxido de carbono, la ausencia de trastornos en el niño, los despistó totalmente. A este respecto, comentaban que el pequeño lo único que parecía tener era hambre. Algo lógico si llevaba varias horas sin probar bocado.
Por otra parte, en la casa sólo podían verse radiadores eléctricos, lo que debería descartar que el estado en que se encontraban los padres hubiese sido provocado por un escape de gas del sistema de calefacción. Ni la llegada de una familiar, que confirmó que habían sufrido una intoxicación les logró convencer totalmente.
Es más, la visita al Centro de Saúde de Sobradelo que ambos habían realizado el viernes dio pábulo a la posibilidad de que alguna medicina les hubiese sentado mal.
El vecino que los acercó en su coche hasta el servicio médico explicaba que, el viernes Hugo Álvarez no se encontraba en condiciones de conducir, por lo que se ofreció a llevarlos hasta el Centro de Saúde. Dicía que tiña sinusite e ía mareado, comentó.
Una vez confirmada la ausencia de cualquier peligro en el edificio y cuando las ambulancias ya habían trasladado a los intoxicados, los tres coches movilizados por el Parque Comarcal de Bomberos regresaron a su base, en medio de la curiosidad vecinal.
Pocos minutos después llegaban a la casa dos ambulancias del 061 de O Barco y tres vehículos del Parque Comarcal de Bomberos (dos motobombas y la autoescalera), además de una patrulla de la Guardia Civil de O Barco.
Mientras los sanitarios atendían a la familia, los bomberos realizaban mediciones del ambiente, detectando la presencia de monóxido de carbono. Fuentes consultadas apuntaban que este gas podría proceder de una fuga en el calentador.
Poco después, los tres vecinos eran trasladados en ambulancia hasta el Hospital Comarcal Valdeorras, donde apreciaron la presencia del gas letal en la sangre del padre y de la madre, que a última hora de ayer permanecían en observación, en estado leve. A su vez, las pruebas practicadas al pequeño no reflejaron ningún trastorno.
Un caso desconcertante
Ante la casa donde residía la pareja intoxicada se concentró una decena de vecinos. Aunque desde un primer momento se habló de una intoxicación por monóxido de carbono, la ausencia de trastornos en el niño, los despistó totalmente. A este respecto, comentaban que el pequeño lo único que parecía tener era hambre. Algo lógico si llevaba varias horas sin probar bocado.
Por otra parte, en la casa sólo podían verse radiadores eléctricos, lo que debería descartar que el estado en que se encontraban los padres hubiese sido provocado por un escape de gas del sistema de calefacción. Ni la llegada de una familiar, que confirmó que habían sufrido una intoxicación les logró convencer totalmente.
Es más, la visita al Centro de Saúde de Sobradelo que ambos habían realizado el viernes dio pábulo a la posibilidad de que alguna medicina les hubiese sentado mal.
El vecino que los acercó en su coche hasta el servicio médico explicaba que, el viernes Hugo Álvarez no se encontraba en condiciones de conducir, por lo que se ofreció a llevarlos hasta el Centro de Saúde. Dicía que tiña sinusite e ía mareado, comentó.
Una vez confirmada la ausencia de cualquier peligro en el edificio y cuando las ambulancias ya habían trasladado a los intoxicados, los tres coches movilizados por el Parque Comarcal de Bomberos regresaron a su base, en medio de la curiosidad vecinal.
