“A Coroa” adquirió una viña y Rafael Palacios construirá una bodega en el municipio de O Bolo

Los bodegueros recuperan los viñedos en bancales situados a la derecha del río Bibei

Rafael Palacios encontró en los viñedos de O Bolo las características que buscaba para sus vinos. Otro bodeguero de La Rioja, Telmo Rodríguez, tiene propiedades en la margen derecha del río Bibei, donde acaba de desembarcar la bodega “A Coroa”. Son ejemplos de una apuesta por los vinos procedentes de los bancales valdeorreses.
Rafael Palacios proyecta construir una bodega en O Bolo. Estará ubicada en las laderas situadas a la derecha del río Bibei, donde se cultivan las únicas viñas en bancales de la Denominación Valdeorras. Este bodeguero dejó La Rioja para buscar la zona idónea para elaborar sus vinos y la encontró en tierras bolesas.

La altitud de las viñas, por encima de los 700 metros, es uno de los factores que confieren características peculiares a sus blancos, que tienen a la variedad godello como referente. “Son vinos más frescos y elegantes”, dice Rafael Palacios. Añade que los suelos arenosos proporcionan la “mineralidad” que busca a sus caldos.

No es el único que apuesta por esta zona de O Bolo, donde la bodega ruesa “A Coroa” compró una viña. Sus propietarios deberán esperar hasta la próxima vendimia para saborear lo vinos que produce, pues la última campaña aún la realizó su anterior propietario. Ayer, sus directivos mostraron estos parajes a un grupo neoyorquino.

Hay un segundo bodeguero de La Rioja que sí puede hablar de la calidad de estos caldos. Es Telmo Rodríguez, cuya sociedad posee varias viñas, a cuya producción añade la compra de la cosecha a algunos productores de la zona.


Viñas que requieren un trabajo muy duro

Las campañas publicitarias asocian generalmente la imagen de las viñas en bancales a la Ribeira Sacra. Sin embargo, no es la única que emplea este método de trabajo, que también se encuentra en Valdeorras. Un río, el Bibei, separa las dos denominaciones de origen en el municipio de O Bolo. Las laderas situadas sobre las dos márgenes del cauce ofrecen una panorámica poblada de viñedos escalonados.

Vicente Sabín, un vecino del núcleo bolés de 54 habitantes Outar de Pregos, conoce bien la dureza del laboreo en este tipo de bancales. “O traballo é moi duro. Na maioría das viñas é manual”, comentó. La “esclavitud” que entrañan estas labores llevó a muchos agricultores a abandonar unos cultivos que ahora comienzan a ser recuperados.

Este bolés es uno de los viticultores que apuestan por los caldos de la zona. Posee una viña y vende la cosecha a los embotelladores. Sin embargo, su trabajo no es tan duro como en otras fincas, pues preparó el terreno con el ancho suficiente para el uso de tractores pequeños, una maquinaria que está vedada para otros productores.
Este vecino apuesta decididamente por los vinos de la zona. “Se ven tanta xente, por algo será”, comentó.

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