El vino godello de Valdeorras está de moda. El buen momento que atraviesa en los últimos años posibilita que las bodegas de la Denominación de Orixe agoten sus existencias, algunas incluso antes de que finalice el ejercicio vitivinícola, beneficiando asimismo a los productores de esta uva blanca. Los viticultores venden las cosechas a unas cantidades impensables no hace mucho, pagándose en esta campaña por un kilo desde casi 2 euros hasta 2,30, en función de la calidad de la fruta.
El alto coste de esta uva es repercutido en el precio de la botella, que debe competir con los caldos que otras denominaciones elaboran empleando la citada uva y otras variedades, lo que les permite abaratar su producto. De ahí que el Consello Regulador valdeorrés intente conseguir que los consumidores pidan “godello de Valdeorras”.
Desde el Consello Regulador insisten en que esta Denominación de Orixe es la única que obliga a las bodegas a utilizar únicamente la variedad godello para poder denominarlos con este nombre. “O godello de Valdeorras é monovarietal”, explicaron fuentes de este organismo, que resaltaron cómo otras denominaciones autorizan su mezcla con otro tipo de uvas.
Las características de la variedad godello, que a algún que otro vino le valió acanzar 100 puntos en la clasificación Parker, están detrás de un bum que en los primeros momentos se pensó que sería pasajero. Sin embargo, pasa el tiempo y el éxito de estos caldos continúa, de tal forma que en el Consello Regulador consideran que “el valor de mercado conseguiú estabilidade e comercialízase todo”.
El éxito del godello se tradujo en el desembarco de bodegas de otras denominaciones españolas en la comarca, recuperando viñedos con cepas de esta uva, plantando viñas nuevas con esta variedad o bien adquiriéndola a los productores. La práctica totalidad de las bodegas iniciaron la vendimia con la recogida de esta uva, cuyo desarrollo adelantaron las condiciones meteorológicas. Tal es así que a las 12,00 horas del lunes habían recogido 4,20 millones de kilos de estas blancas, de un total de 4,92.
La apuesta por la variedad autóctona godello comenzó en 1974 con la creación de un programa comarcal denominado Reestructuración de Viñedos de Valdeorras (REVIVAL), impulsado por el entonces jefe de la oficina de Extensión Agraria, Horacio Fernández Presa, con la colaboración del enólogo Luis Hidalgo. Fueron los impulsores de un proyecto que buscó recuperar las uvas empleadas en la elaboración de unos blancos únicos. Al carácter monovarietal del godello de la Denominación de Orixe hay que añadir unos suelos de arcilla, pizarras y granitos así como una climatología que le favorecen unas condiciones que solo se encuentran en la comarca valdeorresa y de ahí la apuesta del Consello Regulador por mentalizar a los consumidores a pedir “godello de Valdeorras”.
Una situación muy distinta es la de la variedad tinta mayoritaria: la mencía. El exceso de tinto que acusa el mercado, con grandes cosechas en denominaciones de origen como las de La Rioja, Ribera del Duero o mismo la vecina del Bierzo hicieron caer el precio de esta uva en la comarca, según apuntaron fuentes del sector. Seguidamente, añadieron que los precios que pagan por el kilo las pocas bodegas que compran se sitúan en torno a 0,75 euros.
