La Corporación municipal de Carballeda de Valdeorras aprobó por unanimidad la expropiación forzosa de terrenos a media docena de vecinos al negarse éstos a cederlos para construir una pista. Estas reticencias fueron apuntadas ayer por la alcaldesa popular, María del Carmen González Quintela, quien explicó que el acceso permitirá el paso de la maquinaria que trabajará en la mejora de la captación de agua de Candeda, que abastece la traída (abastecimiento de aguas)municipal.
La negativa de estos propietarios obedece a la existencia de pizarra en el subsuelo de los terrenos. Sin embargo, su explotación fue descartada en el Consistorio. La proximidad de la pista al arroyo de Candeda impide abrir una cantera en los terrenos, pues pertenecen a la franja de policía de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil. 'Algunos dicen que hay pizarra, pero está al lado del río y no se pueden abrir canteras', aseguró la regidora.
La alcaldesa expuso que la mayoría de los propietarios de terrenos no pusieron impedimento alguno a su cesión para la citada pista. 'Los que no cedieron son una minoría, pues el 90% ya firmó la cesión voluntaria', dijo María del Carmen González. Añadió que el acceso, además de favorecer el paso de las máquinas que trabajarán en la captación, permitirá a los vecinos acceder a sus propiedades, algo que en estos momentos es impensable debido al mal estado en que se encuentra el lugar.
El interés social de la obra, que busca actualizar la obsoleta traída de Sobradelo y llevar agua a los pueblos de Pumares y A Medua, llevó a la mayoría de los propietarios de terrenos afectados a cederlos de buen grado. Pero no fueron todos. Los lugares que recorre el arroyo Candeda, en plena cuenca pizarrera de Carballeda, llevó a media docena de ellos a sopesar la posibilidad de que se pueda extraer roca y obtener pingües ingresos con la producción de la mayor fuente de riqueza de la comarca de Valdeorras, una opción que el Concello descartó.
María del Carmen González declaró que los empleados municipales localizaron a los titulares de los terrenos en el Catastro, pues en su práctica totalidad están abandonados. La maleza se adueñó de estos lugares, que actualmente ofrecen un alto riesgo de favorecer la propagación de los incendios forestales que se puedan declarar en la zona.
La imposibilidad de extraer pizarra no fue el único factor que apuntó el Concello cuando justificó las expropiaciones. También jugó un papel importante la importancia que la obra reviste para unos vecinos que actualmente se ven obligados a utilizar el agua potable que discurre por unas tuberías muy viejas y que registran frecuentes averías. Esta circunstancia fue reflejada en el expediente referido al interés social del proyecto, una calificación que abreviará considerablemente su tramitación.
Medio millón para el abastecimiento de agua potable
El proyecto que maneja el Concello de Carballeda tiene un presupuesto de aproximadamente 500.000 euros. Financiado con fondos de Augas de Galicia, persigue la reparación de la captación de agua potable a Candeda, así como de las conducciones de aquellos tramos que estén más deteriorados de una red que abastece a la localidad de Sobradelo. Además, la ejecución del proyecto de inversión dotará con nuevas tuberías a los pueblos de Pumares y A Medua. Servirán para asegurar a sus vecinos el suministro cuando falle la traída que utilizan en estos momentos.
La alcaldesa expuso que la mayoría de los propietarios de terrenos no pusieron impedimento alguno a su cesión para la citada pista. 'Los que no cedieron son una minoría, pues el 90% ya firmó la cesión voluntaria', dijo María del Carmen González. Añadió que el acceso, además de favorecer el paso de las máquinas que trabajarán en la captación, permitirá a los vecinos acceder a sus propiedades, algo que en estos momentos es impensable debido al mal estado en que se encuentra el lugar.
El interés social de la obra, que busca actualizar la obsoleta traída de Sobradelo y llevar agua a los pueblos de Pumares y A Medua, llevó a la mayoría de los propietarios de terrenos afectados a cederlos de buen grado. Pero no fueron todos. Los lugares que recorre el arroyo Candeda, en plena cuenca pizarrera de Carballeda, llevó a media docena de ellos a sopesar la posibilidad de que se pueda extraer roca y obtener pingües ingresos con la producción de la mayor fuente de riqueza de la comarca de Valdeorras, una opción que el Concello descartó.
María del Carmen González declaró que los empleados municipales localizaron a los titulares de los terrenos en el Catastro, pues en su práctica totalidad están abandonados. La maleza se adueñó de estos lugares, que actualmente ofrecen un alto riesgo de favorecer la propagación de los incendios forestales que se puedan declarar en la zona.
La imposibilidad de extraer pizarra no fue el único factor que apuntó el Concello cuando justificó las expropiaciones. También jugó un papel importante la importancia que la obra reviste para unos vecinos que actualmente se ven obligados a utilizar el agua potable que discurre por unas tuberías muy viejas y que registran frecuentes averías. Esta circunstancia fue reflejada en el expediente referido al interés social del proyecto, una calificación que abreviará considerablemente su tramitación.
Medio millón para el abastecimiento de agua potable
El proyecto que maneja el Concello de Carballeda tiene un presupuesto de aproximadamente 500.000 euros. Financiado con fondos de Augas de Galicia, persigue la reparación de la captación de agua potable a Candeda, así como de las conducciones de aquellos tramos que estén más deteriorados de una red que abastece a la localidad de Sobradelo. Además, la ejecución del proyecto de inversión dotará con nuevas tuberías a los pueblos de Pumares y A Medua. Servirán para asegurar a sus vecinos el suministro cuando falle la traída que utilizan en estos momentos.
