VALDEORRAS

La carretera de San Vicente se hundió otros 20 centímetros

photo_camera Los vecinos tienen que recorrer a pie dos kilómetros desde el lugar donde los deja el autobús.

La lluvia también provocó desprendimientos de rocas sobre la calzada del principal acceso al pueblo 

Las últimas lluvias hundieron un poco más, aproximadamente 20 centímetros, el piso la carretera OU-807, en las inmediaciones del pueblo de San Vicente (Vilamartín). No solo eso. También provocaron la caída de grandes rocas sobre la calzada. Sus habitantes -106, según el Instituto Nacional de Estadística- están convencidos de que las deficiencias se agravarán en los próximos días. "Se segue chovendo, vai ser case imposible saír do pobo. Hoxe, os coches rascan nos baixos. O normal é que quedemos illados", dijo el portavoz vecinal, Leopoldo Nogueira González.

La Diputación Provincial confirmó el hundimiento de la calzada. Insiste en que el acceso está cerrado al tráfico y que colocará un cierre de seguridad. "Registra movimientos de 20 centímetros. Se hunde una barbaridad. Todos los días se hace un control topográfico", dijeron fuentes de este organismo. Circular por una carretera que se hunde es peligroso, pero es aún más alto el riesgo de que las rocas que se desprenden de la ladera superior provoquen un accidente.

Hay otra carretera, la de O Mazo, pero los vecinos no la usan por su fuerte pendiente y por el peligro de la hojarasca acumulada sobre la calzada. La Diputación asumió su limpieza periódica, pero explicó que la población de San Vicente no lo permite. También puso a su disposición un taxi, que se desplaza todos los días desde Vilamartín hasta el centro del pueblo. Nadie lo utiliza. En este núcleo prefieren el vehículo de transporte escolar, aunque este pare antes del tramo que se hunde y los viajeros deban recorrer a pie dos kilómetros para llegar a las primeras casas.

Los técnicos de la Diputación se esmeran en buscar un acceso para San Vicente, pero son muchas las partes y demasiados los intereses en juego: tres canteras de pizarra, trabajadores, vecinos, Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Dirección Xeral de Enerxía e Minas, Concello y la propia Diputación.

Hay iniciado un estudio para encontrar el acceso que comunique para siempre al pueblo, pero está parado. La negativa de los vecinos a permitir mediciones topográficas y geológicas obligó a la Diputación a acometer la expropiación temporal de los terrenos. También abrió un expediente expropiatorio para finalizar el acceso alternativo que comunicará la OU-807 con la carretera de O Mazo, que está a la mitad de su ejecución. Además, el organismo provincial planea ensanchar las calles del pueblo, lo que conllevará nuevas expropiaciones.

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