La Casa das Pedriñas de A Veiga no se ve desde la calle principal de la villa. Quizás por eso choca que, después de curiosear entre sus casas, se alce un edificio que bien recuerda al sello del mismísimo Gaudí. El arquitecto no tuvo nada que ver; quien la imaginó y construyó fue Daniel Mancebo, un pintor y escultor veigués que al volver de la emigración en Barcelona decidió rendirle homenaje al reconocido arquitecto.
Fue en 1970 cuando Mancebo puso la primera pedriña con el objetivo de hacer, en principio, un estudio de arte. Pero continuó colocando más, y la aspiración de tener un lugar donde pintar y esculpir tomó forma de casa. Mancebo recolectó durante décadas las piedras por sus propios medios. Las paredes dejan a la vista una colección de rocas que, si bien ahora componen la fachada de la peculiar construcción, un día pertenecieron a las montañas de la Serra do Eixe. Entre ellas también se deja ver alguna que otra escultura labrada por sus manos.
En una entrevista que concedió en vida a la Televisión de Galicia, Daniel Mancebo distinguía los minerales que contenía cada piedra y corroboraba la procedencia del material: “Son pedras de cerca de alá, de Pena Trevinca”. Daba también una lección de perseverancia. “O que quere facer tempo ten tempo para todo”, aconsejando que “hai que facer algo para o resto, para os que veñen detrás; que tamén nolo deixaron os demais a nós”. Mancebo no pudo rematarla antes de fallecer. Y solo se puede contemplar desde el exterior, ya que está desocupada. Pero la Casa das Pedriñas sigue erguida en las faldas del techo de Galicia como su legado para la comarca.
Cómo ir
La Casa das Pedriñas está situada prácticamente en el centro de A Veiga, en la Rúa A Pateira, accesible desde la calle principal de la localidad. Al pueblo se puede acceder en coche a través de la OU-553 que conecta A Rúa y A Gudiña, tomando posteriormente la OU-0804 en el Alto do Covelo.
