El Concello homenajeó a la cooperativa Virgen de las Viñas, colegio Pablo VI y Escola de Gaitas

El codillo de cerdo congregó a 700 comensales en A Rúa

Participantes en el homenaje que se desarrolló en el Centro Cultural Avenida.
La Festa do Codillo supera el ámbito estrictamente gastronómico. Este sigue ocupando un lugar destacado en el programa de la organización, como corroboraron las 700 personas que acudieron al polideportivo municipal de O Aguillón atraídos por un menú dirigido a estómagos fuertes: consomé, codillo, grelos, chorizo y bica. El banquete fue el colofón a una intensa mañana que comenzó en el Centro Cultural Avenida. Este fue el lugar elegido por el Concello para homenajear a tres entidades señeras: la bodega cooperativa Virxe das Viñas, el colegio Pablo VI y la Escola de Gaitas Abertal.
También fue el momento que escogió el alcalde, Avelino García Ferradal, para anunciar que la Corporación municipal que preside inició un expediente que incluirá al lucense que dirige Abertal, Manuel Durán, en la relación de hijos adoptivos de A Rúa. El público recibió con aplausos la decisión y, muy especialmente, otras dos personalidades que desde 2011 ya disfrutan de este reconocimiento: Wayne Brabender y Juan Francisco Sánchez Argüello.

A Rúa tiene 'hijos', pero también 'hermanos'. El alcalde de Almendralejo, José García Lobato, encabezó la representación del Concello extremeño que hace una década estrechó lazos con el valdeorrés, iniciando así una relación de hermanamiento que sus promotores potenciarán en los próximos meses. 'Cada día nos sentimos más unidos', reconoció el regidor anfitrión, Avelino García. La expedición extremeña se sumó a los homenajes, recibiendo dos placas, una por concello, los representantes de las entidades agasajadas: Daniel Vizcaya (Virxe das Viñas), José Manuel Carrasco (colegio Pablo VI) y dos jóvenes músicos de Abertal.

La música no podía faltar en el acto y Abertal acaparó buena parte de este capítulo. Sus intérpretes no fueron los únicos en subirse al escenario del emblemático local y antes de que el público comenzase a abandonar las butacas, el orfeón local aportaba su granito de arena acompañando a la banda de gaitas.

Minutos después, la gente comenzó a llegar al polideportivo: comenzaba la VII Festa do Codillo y con ella el capítulo gastronómico.


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