Un colocador de pizarra expone en O Barco su belén hecho con piedras

Hace siete años, Raúl Díaz decidía montar su propio belén en la iglesia de la localidad de Éntoma, O Barco de Valdeorras. Se trataba de varios módulos con construcciones y figuras hechas en pizarra, material extraído de las canteras que dan trabajo a su población. “Solo podía estar aberto unha hora antes da misa e iso limitábame, a pesar de que a señora da limpeza quedaba e alargaba o horario”. Así lo explica el propio dueño, que finalmente encontró un espacio mejor, una de las Antiguas Escuelas del pueblo, que necesitó un buen lavado de cara y una mano de pintura. En su belén, no falta la representación de ningún rincón emblemático del pueblo ni de otros lugares colindantes, como puede ser A Ponte Nova de Sobradelo, en Carballeda de Valdeorras. “Teño postos os carteliños en cada cousa, porque moitas veces nin os propios veciños as retoñecen; por ejemplo, a Ponte sobre o río Galir, está debaixo do cementerio, pero tapada con maleza, e moitos non saben nin que está ahí”, explica. No se olvidó Raúl de retratar la capilla de la Virgen de Galir, unas pequeñas Médulas, el molino viejo, la fuente de los deseos, la iglesia de San Xoán, la bodega Roandi y el Camiño de Inverno. Precisión El trabajo de este artesano es digno de mención, por la labor de precisión que requiere. Hay maquetas en su belén que están fabricadas con más de 4.000 piezas, puestas una a una, “con pinzas, un traballo que non se pode facer seguido, porque dóenche as mans e tes que parar”, conta. Cuando llega el mes de mayo, época de más calor, es cuando este vecino de Éntoma comienza a elucubrar cuál será su siguiente módulo, “e hai anos que fago unha, outro fago dúas, depende do que me leven, así vai crecendo”. Echa de menos Raúl la visita de algún empresario de la pizarra, “alguén que valore o que fago desde a perspectiva de sacarlle proveito á louxa noutros usos, que se valore o noso, en sete anos, por aquí non pasou ninguén”. Explica que “cando ven xente que traballa na louxa, quedan na porta, e comentan ‘estou farto de louxa’, bueno, eu estiven colocando louxa desde os 12 anos e aínda considero que estou aprendendo”. Y tanto es así que asegura aprende con cada belén que visita, una visita que debe ser con calma, “gústame ir solo, como máximo ca muller”, para disfrutar de lo que ve sin interrupciones, “se vas con xente non cesan de dicir mira esto e mira aquelo, eu quero tomar o tempo necesario”, como debería hacer todo el que visite su belén. El horario, de lunes a viernes, de 17,00 a 20,00 horas; los sábados, domingos y festivos el horario es de 12,00 a 20,00 horas, hasta el día 8 de enero.