El Concello de O Barco redoblará la vigilancia contra el botellón en el Cristo

Mesas del área recreativa de O Salgueiral, en O Barco.
photo_camera Mesas del área recreativa de O Salgueiral, en las que suele tener lugar el botellón.
La concelleira de Cultura afirmó que estarán 'moi detrás' de las reuniones ilegales

Al diseñar el programa cultural de O Cristo, el Concello de O Barco priorizó la seguridad sanitaria de los asistentes a las distintas actividades. Esta apuesta por la salud también propició una mayor vigilancia del botellón. El consistorio barquense redoblará la vigilancia para evitar las reuniones ilegales de jóvenes para beber alcohol. “Estaremos moi detrás dos botellóns", comentó la concelleira de Cultura e Educación, Margarida Pizcueta.

"A xuventude ten dereito a disfrutar, pero tamén se pode disfrutar con responsabilidade”, valoró Pizcueta. También recordó que los rebrotes son consecuencia principalmente de la irresponsabilidad de algunas personas. Aún así, aclaró que sus palabras no pretenden “demonizar” a la juventud, aunque insistió en que “o perigo está aí. Hai xente que segue morrendo. É mellor que esperemos a que a xente estea vacinada”.

Habitualmente durante las fiestas barquenses, tanto las del Cristo como las de Santa Rita, la juventud de O Barco solía reunirse al otro lado del río en el área recreativa de O Salgueiral. Allí hacían botellón antes de la pandemia. A pesar de la situación sanitaria y de que los botellones están prohibidos, no es raro que tenga lugar alguno aún en la zona.

Los jóvenes, de fiesta a Puente de Domingo Flórez y a Ponferrada

El temor del Concello de O Barco a la organización de botellones no es injustificado. Un barquense está investigado por organizar presuntamente un macrobotellón en un embalse de Ponferrada, enfrentándose a una multa que podría alcanzar la astronómica cifra de 600.000 euros. A su llamado acudieron 700 personas que decidieron saltarse las restricciones.

Y es que una tendencia de la juventud barquense es irse de fiesta a la capital berciana y a Puente de Domingo Flórez, aprovechando una mayor laxitud de las restricciones en Castilla y León. En esta última localidad la preocupación llega hasta el sillón de la alcaldía. La N-536 se convierte en una ruta del ocio nocturno para los chavales.

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