Los animales arrasaron las plantaciones realizadas en la comarca

Los corzos acabaron con la aventura de los olivos

Los corzos y los imprevistos acabaron con las esperanzas que un sector de agricultores de Valdeorras habían depositado en el cultivo del olivo. En Seadur, un pueblo de Larouco de 104 habitantes -según los datos del Instituto Nacional de Estadística-, unas 10 personas plantaron cinco hectáreas en el 2007. Tres años después sólo una sigue luchando para sacar adelante la plantación.
'Se se quere plantar hai que protexer as oliveiras dos corzos. A nós tamén nos romperon moitos. Agora, protexémolos cunha rede', explica Andrés García Fariñas.

'Foi un fracaso por culpa do corzo. As árbores son moi delicados', comentó otro vecino de Seadur, Francisco Javier Mateo García. Recuerda que los productores asistieron a cursos y también las visitas que hicieron al pueblo técnicos andaluces, portugueses e incluso del vecino concello lucense de Quiroga. El proyecto no fructificó por el elevado coste de cercar los olivares y aumentar los cuidados.

En estas actividades los apoyó el Sindicato Labrego Galego, como dijo Manuel Docampo Paradelo. Formaron parte de un programa para diversificar la actividad vitivinícola y participaron 20 personas que cultivaron 10 hectáreas. Mariam Pérez Osorno también cultivó olivos en Seadur. 'Para retomar el olivo hay que buscar un cultivo artesanal', afirmó, apostando por las variedades de la zona.

Los olivos ocuparon una extensión considerable en los municipios de Larouco, O Bolo y Petín. En sus pueblos pueden verse ejemplares centenarios. Son árboles adaptados a las características de la zona, que confieren a la fruta unos rasgos particulares. Estas características únicas fueron confirmadas cuando los técnicos andaluces analizaron el ADN de las aceitunas recogidas en el paraje de A Medua (Seadur). En el laboratorio descubrieron tres variedades nuevas, que no estaban catalogadas. Aún no tienen nombre pero los vecinos apuestan por ellas en detrimento de las llamadas 'arbequina' o 'picual'.

Otro programa, éste de la Consellería de Medio Rural, plantó 25 hectáreas de olivos en Petín, Barbadás y Verín hace dos años. Los cultivados en suelo petinés también fueron víctimas de los corzos, según el alcalde, Miguel Bautista Carballo.

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