La Asociación de San Fiz, en Éntoma, sorprendida por la demanda de su primera comercialización

La cría del porco celta cobra auge en el oriente provincial

Ejemplares de porco celta, en la explotación de la asociación de Éntoma (O Barco). (Foto: J.C.)
Los vecinos de Éntoma (O Barco) aún muestran su sorpresa por la magnífica respuesta que encontró la primera carne que comercializó la Asociación de Porco Celta San Fiz. Uno de sus directivos, José Urdangaray, comentó que recibieron encargos de Barcelona. 'Os chourizos duraron unha semana', dijo.
Este vecino de Éntoma explicó que el colectivo decidió encargar a una empresa de O Barco, 'Cárnicas Biobra', la matanza y los productos elaborados con la carne de cinco animales. Posteriormente, el colectivo asumió su comercialización, destinando los ingresos a la compra de pienso y demás cuidados de los más de 45 ejemplares de porco celta que cría.

Detrás de este proyecto están el Instituto Ourensán de Desenvolvemento Económico (Inorde), de la Diputación Provincial. De sus criaderos partieron los primeros animales de esta raza que llegaron a Éntoma.

Inorde y Diputación también tienen mucho que decir en el impulso que está recibiendo la cría de porco celta en Manzaneda. El presidente de la Asociación de Porco Celta de Manzaneda, Juan Hervella, explicó ayer que gracias a las dos entidades pudieron organizar las VII Xornadas Gastronómicas e de Recuperación do Porco Celta. Se desarrollará los días 11 y 12 de enero y fue complementada con una muestra de artesanía.

Juan Hervella explicó que el colectivo que dirige posee una pequeña explotación. También comentó que la orientaron a la comercialización de cochinillos de porco celta. 'Estamos pensando en facer unha festa do cochinillo', comentó. La apuesta por estas crías tiene su razón de ser en el elevado coste que supone alimentar los ejemplares adultos para la matanza.

Según dijo, los mataderos quieren animales con pesos que oscilen entre los 100 y los 140 kilos. Si no los alcanzan o los exceden, el precio baja. Esta exigencia obliga a alimentarlos durante más de un año, cuando los cerdos comunes están listos para la matanza con ocho meses. Para evitar este mayor coste, comercializan cochinillos con dos meses.

'Hai moita demanda, pero non hai producción bastante para abastecer o mercado na actualidade', explicó Juan Hervella. Es esta una situación que está siendo corregida lentamente. 'Todos os meses temos altas. Hai desde arquitectos que teñen a monte as fincas ata autónomos', afirmaron fuentes de la Asociación de Criadores de Ganado Porcino Celta (Asoporcel).

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