La asistencia de la 'Festa da Freba', en Petín, descendió ligeramente respecto a las ediciones anteriores. La crisis y el mal tiempo son las posibles causas que baraja el Concello.
La crisis económica y una meteorología marcada por la nieve, la lluvia y las bajas temperaturas, son las razones que ayer encontró el alcalde de Petín, Miguel Bautista Carballo para justificar el ligero descenso de los asistentes a la 'Festa da Freba'. Este año alcanzó su onceava edición y a la cita acudieron casi 600 personas, cifra que incluye a los comensales y a los vecinos que colaboraron en la organización.
Un año más, minutos antes de las 21.00 horas, varias decenas de personas hacían cola ante la cancilla del recinto del Teleclub. Ante ellos se situaron los voluntarios de Protección Civil, quienes se ocuparon de que los turnos de llegada fuesen respetados.
La cena popular se desarrolló sobre la pista del polideportivo. Los comensales ocuparon las mesas que llenaban la práctica totalidad de la cancha. A su vez, los vecinos de Petín que voluntariamente se ofrecieron a colaborar, asumieron temporalmente las funciones de los camareros y ofrecieron un menú compuesto por callos, chorizos y las 'frebas' elaboradas con carne de cerdo.
El remate de la comida no puso fin a la fiesta. Ésta continuó con una sesión de baile que se prolongó hasta pasadas las 3.00 horas del domingo. Después, la multitud se repartió por los bares de Petín, en cuyas calles continuó la juerga hasta el amanecer.
Después de 11 ediciones, el alcalde petinés apuesta por la continuidad de esta fiesta, aunque su organización dependerá de la nueva Corporación municipal.
Un año más, minutos antes de las 21.00 horas, varias decenas de personas hacían cola ante la cancilla del recinto del Teleclub. Ante ellos se situaron los voluntarios de Protección Civil, quienes se ocuparon de que los turnos de llegada fuesen respetados.
La cena popular se desarrolló sobre la pista del polideportivo. Los comensales ocuparon las mesas que llenaban la práctica totalidad de la cancha. A su vez, los vecinos de Petín que voluntariamente se ofrecieron a colaborar, asumieron temporalmente las funciones de los camareros y ofrecieron un menú compuesto por callos, chorizos y las 'frebas' elaboradas con carne de cerdo.
El remate de la comida no puso fin a la fiesta. Ésta continuó con una sesión de baile que se prolongó hasta pasadas las 3.00 horas del domingo. Después, la multitud se repartió por los bares de Petín, en cuyas calles continuó la juerga hasta el amanecer.
Después de 11 ediciones, el alcalde petinés apuesta por la continuidad de esta fiesta, aunque su organización dependerá de la nueva Corporación municipal.
