Una carta de la Fundación para o Fomento da Calidade Industrial enfadó a los 20 comerciantes de O Barco que poseen el sello del Comercio Galego de Calidade. Ante exigencias como usar el gallego en los letreros, algunos amenazan con dejarlo.
En el mes de febrero, la directora xeral de Comercio, Ana María Rúa, presidía la entrega a 20 comerciantes de O Barco del sello Calidade do Comercio Galego. Medio año después, varios de estos empresarios amenazan con darse de baja. La culpa la tiene una carta remitida por la Fundación para o Fomento da Calidade Industrial e o Desenvolvemento Tecnolóxico de Galicia.
El escrito anuncia los locales fueron auditados y que sus propietarios tienen un mes para enviar una declaración de compromiso de implantación na actividade de medidas de conciliación da vida laboral e familiar.
También señalan varias desviacións en los locales, como la non acreditación do Curso Nivel Básico de Prevención de Riscos Laborais. Recuerda que la rotulación interior y exterior sea como mínimo en galego y que dentro das posibilidades técnicas e de normativa local, o establecemento deberá ser o máis accesible posible; lo que quiere decir que debe poseer rampas móviles o la visualización de puertas de cristal.
La presidenta del Centro Comercial Aberto, Charo López, es partidaria de garantizar el buen servicio a los clientes. Si el pequeño comercio debe competir con el grande, será con estos detalles, dijo.
Respuesta conjunta de los empresarios
Las cartas no gustaron a sus destinatarios, que contactaron con la directiva del Centro Comercial Aberto de O Barco para transmitirle su malestar y, algunos, para plantear su baja.
El equipo que dirige Charo López informó de estas quejas a la Federación Galega de Comercio, que las remitió a la fundación que promueve el distintivo Comercio Galego de Calidade. El organismo informó que la carta recibida es igual para todos, pues se trata de un escrito tipo que mandan sin saber qué problemas tienen los centros, según apunta el Centro Comercial Aberto de O Barco, que remitirá una respuesta conjunta.
SOCIOS
El Centro Comercial Aberto de O Barco cuenta actualmente con 110 socios.
Los 20 asociados que obtuvieron el sello Calidade do Comercio Galego debieron superar unas exigencias iniciales.
El escrito anuncia los locales fueron auditados y que sus propietarios tienen un mes para enviar una declaración de compromiso de implantación na actividade de medidas de conciliación da vida laboral e familiar.
También señalan varias desviacións en los locales, como la non acreditación do Curso Nivel Básico de Prevención de Riscos Laborais. Recuerda que la rotulación interior y exterior sea como mínimo en galego y que dentro das posibilidades técnicas e de normativa local, o establecemento deberá ser o máis accesible posible; lo que quiere decir que debe poseer rampas móviles o la visualización de puertas de cristal.
La presidenta del Centro Comercial Aberto, Charo López, es partidaria de garantizar el buen servicio a los clientes. Si el pequeño comercio debe competir con el grande, será con estos detalles, dijo.
Respuesta conjunta de los empresarios
Las cartas no gustaron a sus destinatarios, que contactaron con la directiva del Centro Comercial Aberto de O Barco para transmitirle su malestar y, algunos, para plantear su baja.
El equipo que dirige Charo López informó de estas quejas a la Federación Galega de Comercio, que las remitió a la fundación que promueve el distintivo Comercio Galego de Calidade. El organismo informó que la carta recibida es igual para todos, pues se trata de un escrito tipo que mandan sin saber qué problemas tienen los centros, según apunta el Centro Comercial Aberto de O Barco, que remitirá una respuesta conjunta.
SOCIOS
El Centro Comercial Aberto de O Barco cuenta actualmente con 110 socios.
Los 20 asociados que obtuvieron el sello Calidade do Comercio Galego debieron superar unas exigencias iniciales.
