As Ermidas presta acogida a diez personas necesitadas

Con el acceso cerrado, en el atrio del santuario pueden verse los materiales usados en la reforma.
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El covid-19 obligó a limitar la admisión a usuarios con necesidad extrema y con PCR negativos

La pandemia del covid-19 condiciona, por segundo año consecutivo, la labor solidaria que desarrollan los sacerdotes del santuario de As Ermidas (O Bolo). Este año, las personas que residen en las dependencias del antiguo seminario alcanzan la veintena, un número muy inferior a un tiempo normal. A las 10 que residen en el edificio hay que añadir otra decena llegados de distintos lugares del territorio nacional en busca de ayuda. Podrían ser muchos más, según explica el sacerdote José Antonio Crespo, pero el virus lo impide.

"Todos los días recibimos llamadas, pero solo podemos admitir a gente que esté en situación de extrema necesidad y que venga con las pruebas del coronavirus hechas", explicó. ¿De dónde llaman? De muy distintos puntos, desde Tarragona o Barcelona hasta Valencia, Sevilla, muchos de Madrid y también de Galicia. El uso de internet les permitió conocer la labor humanitaria de esta comunidad de O Bolo. Al menos, así lo cree José Antonio Crespo, quien también explicó que detrás de sus peticiones de ayuda se esconden las más diversas razones, siendo las más frecuentes las económicas y los problemas de adicciones. "Algunos tocaron fondo y responden fenomenal", comenta en este sentido.

A las puertas de Semana Santa, en este templo valdeorrés siguen recibiendo llamadas de personas solicitando poder pasar en As Ermidas su particular retiro espiritual. "Les decimos que no vengan. En casa no podemos admitir a gente de fuera", explica el sacerdote.

Al inicio de la crisis sanitaria el santuario fue cerrado a cal y canto. Los días laborables, únicamente lo visitan quienes trabajan en las obras de mejora del atrio. Los domingos y festivos sí abre sus puertas, pero solo para misa, estando libre el acceso desde 11,45 hasta las 14,15 horas. Además, los asistentes deben respetar un aforo máximo del 50 %.

Las restricciones no afectan al interés que despierta el santuario y es raro no encontrar a visitantes detenidos ante la puerta de acceso al atrio. "A de vir xente", comenta José Vega, presidente de la Cofradía de Nuestra Señora de As Ermidas. Confirmó la existencia de llamadas de algún grupo preguntando si era factible visitar el templo, siempre guardando las precauciones establecidas para evitar posibles contagios. Buen conocedor de su historia apuntó que, posiblemente, As Ermidas nunca vivió una Semana Santa como las de la era covid-19, salvo la del año 1909, cuando se desplomó parte de la montaña sobre la que se asienta. José Antonio Crespo insistió en que durante los próximos días "se celebrarán todos los actos que se puedan desarrollar dentro del templo y con el 50 % del aforo".

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