Manuel de la Fuente Díez (presidente PP de Petín)

España en crisis

Manuel de la Fuente Díez, presidente del PP en Petín.
Esta reflexión autocrítica no pretende cuestionar el sistema político como herramienta útil y necesaria para lograr metas de progreso y cotas de bienestar. El descrédito de la política y de los políticos no lo provoca el modelo en sí, sino quienes son imputados por uso indebido del mismo y deben ser apartados de la función pública cautelarmente por los partidos políticos, respetando el derecho a la presunción de inocencia.
La grave crisis económica, de valores y confianza ponen en riesgo su superación con la urgencia y las garantías que exige nuestra difícil y precaria situación. Con casi cinco millones de personas sin empleo, un déficit heredado del 9,9, nuestros sectores productivos en recesión, la deuda pública del 86% del PIB, la corrupción... Negar la evidencia y no tomar medidas es el peor servicio que se puede prestar al Estado y a los ciudadanos.

El empleo no lo crean ni los gobiernos, ni los partidos políticos, ni los sindicatos, lo crean emprendedores, pequeños, medianos y grandes empresarios que invierten y arriesgan para poner en marcha iniciativas y proyectos. Para ello hay que crear condiciones políticas y sindicales de unidad, credibilidad, confianza, garantías de fluidez de crédito de la banca a empresas y emprendedores. Sin responder a estas prioridades seguiremos aumentando el desempleo y teniendo el mayor problema social de la UE. La corrupción es uno de nuestros grandes males y lo más grave es que se está fomentando que en política todo vale. Los políticos y los ciudadanos no podemos justificar a los que son imputados por presuntas tramas de corrupción, por el hecho de que sean afines. Hay que recuperar principios y valores para ser creíbles ante una sociedad que deja de confiar en los políticos.

La desgracia humana que viven tantas personas no tiene colores políticos, sólo tiene rostros, nombres, apellidos y desesperación. Necesitan soluciones y sólo serán posibles con el compromiso de todos, pensando en ellos y no en el rédito político que los grupos políticos pueden obtener del perverso uso de este drama social. Tenemos que recuperar el espíritu, la generosidad y la responsabilidad de la Transición. Hoy, por razones bien diferentes, también necesitamos un pacto de estado para evitar que se pierda una generación. El PSOE, los mismos que dejaron el virus de nuestros males sin hacer nada para evitarlos, ahora se ponen detrás de las pancartas y prometen cambiar sufrimiento por crecimiento. ¿Por qué no lo hicieron?. Sin equilibrio en las cuentas públicas no hay crecimiento sostenible. Para garantizar la viabilidad y sostenibilidad del estado de bienestar sobramos políticos y faltan gestores que acometan reformas de austeridad en las administraciones, de las que formamos parte 420.000 políticos. El Gobierno del PP está adoptando medidas que son dolorosas e impopulares, esperemos que sean eficaces para recuperar la esperanza, la senda del crecimiento y la creación de empleo. Los intereses generales se tienen que anteponer a intereses partidistas.

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