El Concello de O Barco está dispuesto a mantenerla en años sucesivos, pues considera que "es un lujo"
La quinta edición de la Feira Internacional de Alfarería de O Barco de Valdeorras cerró ayer tarde sus puertas con cierta dosis de insatisfacción, ya que la afluencia de gente no fue la esperada por los organizadores. El certamen abrió sus puertas a última hora del pasado viernes, en la zona del Paseo do Malecón, con la participación de 16 alfareros procedentes de diversos puntos de Galicia y el resto de España.
En esta ocasión el país invitado a la feria fue Portugal, que estaba representado por un alfarero de Coímbra. El recinto contaba con hinchables y talleres para los niños y se procedió a la elaboración de una pieza gigante a la vista del público. Sin embargo, la afluencia de gente fue menor de la esperada, tal y como reconocía la concejal de Promoción Económica, Turismo e Comercio, Irene Dacal. "No vemos la afluencia de gente que debería haber, porque la Feria es muy bonita y lo cierto es que prácticamente toda la gente que viene compra algo, pero no es mucha", reconoce la edil. Achaca esta baja afluencia a que ya comienzan a celebrarse fiestas en los pueblos del entorno y que quizás no se acertó con el fin de semana elegido para la celebración.
A pesar de todo, el Concello está dispuesto a mantener su apoyo de cara el futuro ya que, según Irene Dacal, "creemos que este certamen es un lujo del que pueden disfrutar muy pocas villas y los alfareros están encantados, por lo tanto, mientras ellos estén dispuestos a venir, nosotros seguiremos apoyando su celebración".
