Los organizadores cuestionan su continuidad tras cuatro ediciones
La aventura de la Feria Internacional de Alfarería, iniciada hace cuatro años por el Concello de O Barco, puede haber finalizado este domingo. En las tres ediciones anteriores fueron muy pocos los vecinos que recorrieron el recinto ferial y este fin de semana no fue una excepción. "Vino muy poca gente. La feria tendría que tener otro tipo de respuesta", explicó Miguel Ángel González, artesano leonés y secretario de la asociación Finral, además de ser uno de sus promotores, junto con la concejala de Promoción Económica, Turismo, Comercio e Consumo: Irene Dacal.
"No es por las ventas, se trata de que los expositores notaron la poca afluencia de visitantes", añadió el alfarero leonés. Este escaso interés vuelve muy difícil convencer a los artesanos para que se desplacen cientos de kilómetros y asuman unos costes que no van a recuperar.
El mal tiempo de las dos primeras jornadas pudo influir, pero después de cuatro años, no debería haber sido un factor determinante para la baja afluencia. Quizá cobre más sentido atribuirla a que "la gente no valora la alfarería, esta artesanía cultural", tal y como comentó un desanimado Miguel Ángel González.
A pesar de los inconvenientes, este alfarero resaltó su intención de intentar que este evento vuelva a ocupar un tramo del Paseo do Malecón, el año próximo.