Durante toda la mañana, los accesos al recinto ferial fueron recorridos por una marea humana que acudió para adquirir el último regalo en un día especial, como el de ayer
Las bajas temperaturas y las nubes no impidieron que cientos de valdeorreses acudiesen ayer a la feria del Día de Reyes, en Viloira (O Barco), también denominada Feira do Ano, por el gran número de personas que arrastra. La labor de los agentes de la Policía Local permitió que el tráfico de vehículos no fuese alterado en exceso.
Durante toda la mañana, los accesos al recinto ferial fueron recorridos por una marea humana que acudió para adquirir el último regalo en un día especial, como el de ayer. Esta circunstancia fue dejada entrever por unos puesteros, generalmente reticentes a admitir que las ventas fueron bien.
Si en la práctica totalidad de los puestos pudo verse, en todo momento, a clientes comprando, los que más éxito tuvieron fueron los tradicionales puestos de venta del pulpo y de pollos asados. En todos ellos, la mayoría de la gente hubo de hacer cola para recoger su ración. Solo quienes madrugaron, que también los hubo, pudieron hacerse con ella sin esfuerzos.
