El arquitecto defiende los trabajos ejecutados en el año 1996 en esas instalaciones administrativas

Los funcionarios de la Casa Grande de Viloira cuestionan los trabajos de reforma del edificio

Cascotes desprendidos de la cornisa de la Casa Grande.
El desprendimiento de cascotes de la cornisa de la Casa Grande de Viloira (O Barco) provoca de nuevo quejas en un sector de los funcionarios que allí trabajan. Reformada hace 12 años, sus usuarios protestan por los fallos eléctricos o porque el suelo de pizarra daña los muebles. El tiempo transcurrido parece no aminorar el malestar. El arquitecto que realizó la reforma, José Jaime Vázquez, ignora este malestar, y dice que sólo “corregiría” haber conservado la piedra de las ventanas, que se decolora con la lluvia.
Una cinta de la Policía Local de O Barco aísla los cascotes desprendidos de una cornisa de la Casa Grande de Viloira. Su colocación evita cualquier peligro a los usuarios de los jardines ubicados en la zona posterior del edificio en tanto no se arreglan los desperfectos.

Su rehabilitación la acometió la Xunta con miras a ubicar en sus dependencias diferentes servicios públicos. Inaugurado en 1996, su remate final aún despierta alguna que otra crítica de los funcionarios que trabajan en su interior.

“Temos moitos fallos eléctricos”, se quejaba un trabajador de la Consellería de Medio Rural, que indicó que estos problemas se traducían en constantes fallos de los equipos de radiocomunicaciones. También apuntó que las sillas de sus dependencias deben ser cambiadas con frecuencia, al dañarse con excesiva facilidad cuando son arrastradas por el suelo. Además, apuntaba la existencia de problemas de humedades, entre otras deficiencias.

El proyecto de rehabilitación de la Casa Grande fue redactado por el arquitecto ourensano José Jaime Vázquez, quien afirmó este lunes 25 de febrero desconocer la existencia de críticas por el resultado final de la obra. En todo caso, recuerda que la reforma del edificio barquense fue realizada “hace muchísimos años”.

En referencia a la caída de cascotes de la cornisa, indica que su arreglo “es cuestión de mantenimiento”. José Jaime Vázquez afirma desconocer los posibles problemas eléctricos y, aludiendo a las quejas por el piso de pizarra, añade que “puede suceder lo contrario, que el mobiliario dañe el piso”.

El autor de la reforma afirma que “lo único que corregiría del proyecto es haber conservado la piedra de las ventanas de la fachada. Es muy mala y se decolora cuando llueve”.


Una obra promovida por un barquense

La rehabilitación de la Grande de Viloira fue inaugurada en octubre de 1996. Su reforma fue promovida por el barquense Tomás Pérez Vidal cuando estaba al frente de la Consellería de Agricultura, Gandería e Montes. En su interior, fueron instalados los servicios de Extensión Agraria y, en un primer momento la sede de la Fundación Comarcal Valdeorras, ahora en la Casa Riocigüeño. La Xunta acondicionó otras dependencias para la Oficina de Emprego, la Ventanilla Única y los equipos de extinción de incendios forestales. Posteriormente, ocupó una de sus salas el Instituto de Estudios Valdeorreses, siendo el último equipo que se trasladó a este edificio el que forman los veterinarios de la Xunta. Decorado con obras de la colección Valdearte, también posee un salón de actos.

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