Los ganaderos critican la PAC y el difícil acceso a sus ayudas

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Consideran “inaplicables” medidas como la del cuaderno digital de explotaciones de vacuno

Los ganaderos del oriente provincial observan con recelo las propuestas de la PAC para el periodo (2023-2027). “A PAC é imposible de aplicar, restrinxe totalmente a actividade agrícola e gandeira, e a maneira de xestionala é complicadísima ou inaccesible”, comentó Pedro Rodríguez Parente, presidente de Agrogandeira do Macizo Central (Agromacen). Aclaró que el documento aún está sin rematar, a pesar de que este miércoles, 1 de marzo, entra en vigor. Desde enero, son 23 los borradores que recibieron los representantes de los ganaderos, a pesar de que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación la había prorrogado un año. “Os gandeiros teñen que cumprir os compromisos desde o 1 de xaneiro, estamos en marzo e non sabemos cales son. É moi grave. É o certificado de defunción do rural”, comentó.

Entre las medidas recogidas en esos borradores aparece la obligatoriedad de llevar un cuaderno digital de las explotaciones. “Non podes esixir un caderno dixital a un gandeiro cando non hai nin cobertura”, añadió Pedro Rodríguez. Las exigencias y requisitos también repercuten en los costes de producción y ya hay ganaderos que advierten su intención de no solicitar sus ayudas. Otra exigencia que plantea es que un 25 % de las explotaciones sean en ecológico.

“Hai malestar non so dos gandeiros, senón das entidades profesionais, porque vémonos incapaces de dar resposta a uns asociados que están pagando una cuota”, planteó Rodríguez Parente.

Otras críticas van dirigidas contra las exigencias establecidas para acceder a las ayudas para paliar los daños del lobo: mastines, cierres o geolocalizadores. “Eu pregúntome. Que lle fai o xeolocalizador ao lobo?”. También el requisito de dejar en la parcela de la explotación para refugio de la fauna salvaje causa malestar. “Non hai hectáreas e hectáreas abandoadas para que se refugie como para obligarnos a deixar os nosos prados!”, protestó.

A las exigencias de las administraciones hay que añadir el fuerte incremento de los costes de producción, como gasoil, la electricidad o el forraje, y los daños de la fauna salvaje, como lobos o jabalís, entre otros, las restricciones y prohibiciones que soportan, muchas de ellas dictadas por la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil, y el anormal funcionamiento de algunos mataderos. 

“Un ganadero es un delincuente”, se quejó Germán Domínguez, propietario de una explotación en O Bolo. “Siempre dije que no eran capaces de acabar con nosotros, pero los ganaderos del oriente provincial están extinguidos”. Explicó que hay ganaderos que ya optaron por matar reses para reducir gastos.

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