La decisión del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino de permitir que sean los ganaderos quienes decidan si deben vacunar a sus vacas contra la lengua azul fue recibida con satisfacción por los ganaderos. Lo apuntó ayer el responsable trivés de la organización agraria Xóvenes Agricultores, Pedro Rodríguez Parente, quien atribuyó a la protesta del colectivo ganadero la retirada de la obligatoriedad de las vacunaciones.
Un sector importante de los ganaderos atribuye a las vacunas contra la lengua azul la gran cantidad de abortos registrados en sus explotaciones. Ahora, Pedro Rodríguez, al mismo tiempo que lamenta las pérdidas que registraron las explotaciones, muestra su agradecimiento a los ganaderos que apoyaron la campaña contra la orden ministerial que obligaba a vacunar a las reses.
'Houbo unha cantidade de abortos moi grande', dijo el responsable de Xóvenes Agricultores. También criticó la 'investigación que algúns realizaron a costa dos cartos dos demais', aludiendo a los problemas que ocasionaron las polémicas campañas de vacunación. En este sentido, recordó que numerosos veterinarios respaldaron las protestas ganaderas. 'Os políticos deberían escoitar as indicacións dos técnicos', apuntó.
Desde ayer, los ganaderos serán quienes decidan la vacunación de sus reses, cuando teman que éstas puedan sufrir este mal.
La fiebre catarral ovina, denominación que recibe la lengua azul, aparecía en el Código Zoosanitario Internacional de la Organización Mundial de la Sanidade Animal. Este mal también constaba en la lista A de enfermedades de declaración obligatoria de la Unión Europea.
'Houbo unha cantidade de abortos moi grande', dijo el responsable de Xóvenes Agricultores. También criticó la 'investigación que algúns realizaron a costa dos cartos dos demais', aludiendo a los problemas que ocasionaron las polémicas campañas de vacunación. En este sentido, recordó que numerosos veterinarios respaldaron las protestas ganaderas. 'Os políticos deberían escoitar as indicacións dos técnicos', apuntó.
Desde ayer, los ganaderos serán quienes decidan la vacunación de sus reses, cuando teman que éstas puedan sufrir este mal.
La fiebre catarral ovina, denominación que recibe la lengua azul, aparecía en el Código Zoosanitario Internacional de la Organización Mundial de la Sanidade Animal. Este mal también constaba en la lista A de enfermedades de declaración obligatoria de la Unión Europea.
