La cosecha de variedades consideradas comunes, como alicante y jerez, fue inferior a la de 2014
Las primeras estimaciones de la vendimia reflejan un ligero aumento de dos variedades que el Consello Regulador de la Denominación de Orixe considera preferentes: godello y mencía, y un descenso de las autorizadas más comunes: alicante y jerez. Según los datos facilitados por el organismo que preside José Vicente Solarat López, el volumen de godello recogido durante la campaña que finalizó el fin de semana pasado pesó aproximadamente 2,7 millones de kilos. Esta cantidad, que al igual que las restantes aún deberá ratificar el organismo, supone un ligero incremento respecto a los 2,6 de hace un año.
El aumento es incluso mayor en la cosecha de mencía. Si en 2014 fueron 1,9 los millones de kilos vendimiados, este año, los productores recogieron 2,1.
Este aumento supone un buen síntoma para un Consello Regulador que lleva como punta de lanza los vinos elaborados con las citadas variedades: godello y mencía. A la mayor cantidad hay que añadir su calidad. "Godello e mencía, excelentes", comentó Manuel Fernández Pérez, presidente de la bodega cooperativa barquense, Jesús Nazareno.
No sucedió lo mismo con las variedades autorizadas más extendidas en las 1.300 hectáreas que, según informa el Consello Regulador, están inscritas en la Denominación de Orixe: alicante y jerez. La primera de ellas es tinta y pasó de un millón de kilos en 2014 a los 900.000 kilos de esta vendimia. El descenso de la uva blanca de jerez fue mayor, pues bajó desde 800.000 kilos hasta 600.000.
El resto de tipos de uva aumentó ligeramente, y varió de 100.000 a 200.000 kilos. En todo caso, el global de la vendimia refleja un pequeño aumento de la producción en la Denominación de Orixe que, según los primeros datos, pasó de 6,4 millones de kilos en 2014 a 6,5 este año.
Al factor meteorológico hay que sumar dos circunstancias que pudieron influir en las diferencias existentes entre las producciones de las dos últimas vendimias, según fuentes del sector. La primera es el aumento de la superficie de viñedo de las variedades preferentes, debido a las plantaciones que realizaron las bodegas y que comienzan a dar fruto. Otro factor que posiblemente influyó en la cosecha es el mayor grado de cumplimiento de los límites de producción que marca el reglamento del Consello Regulador. El miedo a las multas de 2.001 euros, que penaron a 173 de los 1.400 productores por la vendimia de 2014, llevó a muchos de ellos a dejar uvas en las viñas.
